La organización Ecologistas en Acción solicita a la Consejería de Fomento y Medio Ambiente que incluya la zona de los montes Aquilianos como tercera área de expansión natural del oso pardo cantábrico, después de que la presencia de la especie en este territorio haya sido acreditada por los encargados de elaborar el censo nacional de oso pardo. Los ecologistas exigen a la Junta que implante “medidas de control” para no poner en peligro el asentamiento definitivo de la especie en estas montañas.



Según la organización, el año pasado se concentraron al menos cinco ejemplares de oso en los montes Aquilianos y en el límite con la Maragatería, con una “alta probabilidad” de que hayan criado en la zona. Este hecho no es una novedad, ya que desde el año 2008 se vienen produciendo desplazamientos de esta especie desde el Alto Sil hasta los Aquilianos y los montes de León, especialmente en otoño e invierno, para perderse su rastro tras la temporada de caza.



Estas sierras se perfilan como la tercera zona de expansión natural del oso pardo cantábrico que se viene a sumar a los núcleos occidental y oriental. “El oso puede tener aquí un importante trampolín de expansión hacia la zona zamorana y orensana”, señaló la portavoz de Ecologistas en Acción León, Ángela Capelo, que lamentó que, año tras año, varios ejemplares de oso son abatidos por cazadores en el territorio de Castilla y León. “Urge que la Consejería de Medio Ambiente apruebe un protocolo para cazadores en la zona”, apuntó.



En ese sentido, Capelo explicó que durante todo este periodo de presencia osera se han efectuado batidas de caza mayor en las manchas donde se sabía que había ejemplares, ante la “completa pasividad” por parte de de la Junta, a la que la organización ecologista reprocha que “ni limita ni controla las zonas donde se caza”. “Tampoco se está informando de la presencia de estos plantígrados a las cuadrillas de cazadores, qué al desconocer la presencia de osos, pueden confundirlo fácilmente con un jabalí”, señaló la portavoz.



Por otro lado, Ecologistas en Acción también lamenta que no se esté trabajando de la mano de los apicultores de la zona para tomar medidas preventivas, cuando “el histórico de daños es evidente y va en crescendo”. “Ante la mínima señal de presencia osera debería informarse a los propietarios de colmenares cercanos e incluso facilitarles pastores eléctricos”, afirmó Capelo, que criticó que la ausencia de estas medidas contribuye a “aumentar la conflictividad con la especie” y a extender la percepción entre los habitantes de la zona del oso como un freno al desarrollo.



En la misma línea, Ecologistas en Acción criticó el “desinterés total” del Ejecutivo autonómico a la hora de abordar la mejora de las poblaciones de osos y criticó que el plan de recuperación de la especie, aprobado en 1990, lleve más de tres décadas sin actualizarse ni aplicarse de manera efectiva. “Estas poblaciones de osos han evolucionado ligeramente bien gracias a otras comunidades autónomas, Asturias principalmente, que han aportado ejemplares y renovación genética a Castilla y León”, concluyó Capelo.