La revista ‘European Journal of Agronomy’ ha publicado los resultados de una investigación titulada ‘A new integrated methodology for characterizing and assessing suitable areas for viticulture: A case study in Northwest Spain’, que ha sido desarrollada desde el Área de Botánica del Departamento de Biodiversidad y Gestión Ambiental de la Facultad de Ciencias Biológicas y Ambientales de la Universidad de León (ULE), en el que se propone una nueva metodología integrada para caracterizar y delimitar áreas aptas para el cultivo de viñedos.
El enfoque del trabajo, cuya primera firmante es la profesora Sara del Río González (los demás autores son: Ramón Álvarez-Esteban, Raquel Alonso-Redondo, Cristina Hidalgo y Ángel Penas), combina índices climáticos tradicionales con otros utilizados en bioclimatología y con variables de suelo, y aplica varios análisis estadísticos para seleccionar los predictores que mejor caracterizan a los viñedos. Estos predictores luego se integran en modelos de distribución de especies y un sistema de información geográfica.
La metodología fue probada en la Denominación de Origen León, y para ello se ejecutaron diez modelos individuales que utilizan el algoritmo de modelado de máxima entropía para cada una de las seis variedades de uva de vinificación: Albarín, Garnacha, Mencía, Prieto Picudo, Tempranillo y Verdejo. Asimismo, en el estudio no se incluyeron Godello, Malvasía y Palomino por su escasa representación en la DO.
Las proyecciones de un solo modelo, construidas como un consenso de los diez modelos en un enfoque de pronóstico por conjuntos, se utilizaron más tarde para generar mapas de áreas adecuadas para cada variedad.
Más de 30 kilómetros de DO
La DO León está ubicada en el cuadrante noroeste de España (región de Castilla y León), concretamente en el sur de la provincia de León. Comprende parte de la provincia de Valladolid y limita con las provincias de Zamora y Palencia (Consejo Regulador DO León). El área de producción es de aproximadamente 3.317 kilómetros cuadrados, con un área registrada de 1.369 hectáreas.
Los suelos son muy aptos para el cultivo de la vid, ya que se establecen en terrazas aluviales. Las altitudes no superan los 900 m. La temperatura media en los meses de verano está por encima de los 20 °C, los otoños son suaves, y en el invierno hay neblina y heladas persistentes, aunque sin superar las mínimas absolutas de -15 ° C. La precipitación media anual es de unos 500 mm, distribuidos durante los períodos de verano y otoño (por lo que los viñedos solo excepcionalmente requieren riego).
Hay una alta luminosidad (con una media de 2.700 h de sol al año) y una fuerte continentalidad. La particularidad de esta zona, que la diferencia de otras zonas vitivinícolas del mundo, es su variedad de uva autóctona, Prieto Picudo, utilizada para la elaboración de vinos rosados y tintos, y Albarín utilizada para vinos blancos.
Las variedades autorizadas en esta DO son: Prieto Picudo y Mencía (uvas tintas), Tempranillo y Garnacha (uvas tintas complementarias), Albarín, Verdejo y Godello (uvas blancas), y Malvasía y Palomino (uvas blancas complementarias).
Los resultados confirman la delimitación de la DO León como Denominación de Origen. Las variables bioclimáticas, Índice de Termicidad Compensada e Índice de Continentalidad, y las variables de suelo pH, contenido de Arcilla, capacidad de retención del suelo y humedad de saturación del suelo son definitorias para todas las variedades estudiadas. Garnacha y Mencía fueron las variedades más diferenciadas en relación a sus requerimientos bioclimáticos y edáficos. Los mapas de idoneidad revelaron que la DO podría extenderse a áreas vecinas hasta 30 kilómetros a su alrededor.
Favorecer el asentamiento poblacional
La metodología propuesta por este estudio es una herramienta útil para el manejo agronómico y enológico, ya que permite una selección más eficaz de emplazamientos para nuevos viñedos, mejora la gestión del viñedo e incluso puede utilizarse para proteger territorios con patrimonio histórico y cultural del cultivo de la vid, favoreciendo así el asentamiento demográfico en las zonas rurales y evitando la despoblación.
“Un conocimiento más preciso de los factores bioclimáticos y edáficos que caracterizan a los viñedos de la DO puede ayudar a impulsar y reactivar esta actividad económica en la zona y así frenar el declive demográfico observado en la última década”, explica del Río, quien añade además que “un conocimiento más detallado de las variables más discriminatorias para viñedos será de gran ayuda para determinar el posible efecto del cambio climático en el sector y anticipar posibles impactos”.
Finalmente, hay que reseñar que este trabajo es resultado de la investigación desarrollada en el proyecto financiado por la Junta de Castilla y León titulado ‘Viticultura y cambio climático. Retos y oportunidades para el medio rural’.