Un estudio llevado a cabo por la Mesa del Castaño de El Bierzo, en colaboración con Cesefor y el Instituto de Biotecnología de León (Inbiotec), detectó en los sotos de la comarca la presencia del hongo Gnoniopsis smithogilvyi, capaz de alterar la calidad organoléptica de los frutos en lo relativo a su sabor y aroma. En la actualidad, el laboratorio de Inbiotec investiga las estrategias y medios de control para hacer frente a esta nueva amenaza y entre las primeras recomendaciones al sector destacan la gestión rápida de la recogida del fruto y su tratamiento térmico posterior, antes del envío a los mercados, según informa la agencia Ical.
Las plagas y enfermedades del castaño son en los últimos años el caballo de batalla del sector productivo. Tras la llegada de la temida avispilla al territorio de la comarca, este nuevo hongo, presente en todas las regiones productoras europeas, supone un nuevo peligro para la cosecha de castaña.
Durante el último otoño, la asociación de castañicultores Tres Valles, radicada en El Bierzo Oeste, alertó de la defoliación prematura del castaño en esta zona. El diagnóstico inicial apuntó a la socarrina, un hongo autóctono de difícil control que creció impulsado por la elevada humedad registrada durante el verano. Además del debilitamiento general del castaño, la enfermedad provocó la disminución de la cosecha de castaña, lo que obligó a la Mesa del Castaño del Bierzo a activar su programa de vigilancia fitosanitaria.
Cesefor llevó a cabo actividades de prospección, análisis e identificación
Con las muestras facilitadas por la asociación y las recogidas en las parcelas de seguimiento, Cesefor llevó a cabo actividades de prospección, análisis e identificación, de la mano del laboratorio de Inbiotec que actualmente se encuentre en proceso de integración en la estructura de Cesefor. El procedimiento experimental diseñado para analizar las muestras consistió en aislar la biota presente en los tejidos para seleccionar y resembrar los microorganismos en cultivos puros. Posteriormente se extrajo y se secuenció el ADN, lo que permitió confirmar la presencia de Gnoniopsis smithogilvyi en casi un 80 por ciento de las muestras recibidas.
Las actuaciones se enmarcan en el proyecto +cast, financiado por el Instituto de Competitividad Empresarial de Castilla y León (ICE) y también fueron capaces de identificar la presencia de otros patógenos de menor interés por su escaso impacto.Fuentes de Cesefor confiaron en que la entrada en funcionamiento de este servicio de detección temprana de patologías en el ámbito agrario y forestal pueda extenderse al conjunto de producciones para colaborar de manera cercana con productores, gestores e industrias agroalimentarias y forestales de la región.