E.F.G. / Ical.- La Semana Santa de León cerró hoy con broche de oro sus celebraciones con la plaza de la catedral como testigo del acto culminante de la procesión del Encuentro, el cara a cara de la Virgen María con Cristo resucitado, que organiza la Real Hermandad de Jesús Divino Obrero desde 1959.
Los papones mecieron el paso de la madre frente a su hijo, recién mudado el manto negro que simboliza el dolor por su muerte por el blanco que representa la alegría por su vuelta a la vida. El Himno a la Alegría, tras la suelta de palomas, acompañó los últimos momentos del “epílogo piadoso” de la Pasión leonesa, según recordó el pregonero, destapados los capillos y con gritos de aleluya acompañando el tañido de las campanas de la Pulchra Leonina.
Cientos de personas arroparon la llegada de los pasos, con San Juan Evangelista, el Cristo Resucitado y Las Tres Marías como protagonistas, y aplaudieron en repetidas ocasiones su baile y la música de la banda de la Hermandad en una mañana con buen tiempo, en la que el desfile retomó después su marcha hasta concluir el la Parroquia de Jesús Divino Obrero.
El obispo de León, Luis Ángel de las Heras, presidió después la misa estacional del Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor e impartió la bendición apostólica y una posterior eucaristía en la Parroquia de Santa Marina acogió la impartición del sacramento del bautismo a 13 niños en edad escolar tras completar su iniciación cristiana en el Servicio para el Catecumenado de la Diócesis.