La ermita de La Magdalena, ubicada en uno de los parajes más bellos de la Montaña Occidental de León, como es el puerto de su mismo nombre, en el paso entre Omaña y Laciana, dentro del término municipal de Murias de Paredes, recibirá un lavado de imagen.
Aunque la estampa de la ermita, en medio de pastos de altura y cercados de piedra, es del todo habitual para quienes transitan por esta ruta, el edificio se encuentra abandonado y en muy mal estado, con falta de uso general, pérdida de materiales de todo tipo, y presa de líquenes y humedades. En concreto, el ILC aportará 89.806 euros de los casi cien mil (99.784) que cuesta la intervención, todo ello con cargo al llamado ‘Programa R. Recuperar-Regenerar-Reactivar’.
Efectos del clima
Con el paso del tiempo y el rigor del clima, la ermita ha ido perdiendo parte de sus elementos identificativos, tales como el campanario, los estribos y el tejado, de manera que en estos momentos se muestra como una construcción de piedra, de aristas redondeadas y con hierba en su cubierta, que la mimetiza con el entorno semejando desde fuera un chozo de pastores. Por el contrario, el interior supone un espacio de gran definición arquitectónica: un rectángulo cubierto por una potente bóveda de medio cañón, de lajas de piedra, dividido en dos por un arco fajón soportado por columnas apilastradas de sección recta. Solo presenta dos aberturas hacia el sur: la puerta, en la mitad occidental, y una ventana en saetera en el presbiterio. La fuerza de su mampostería y de su sillería caliza, le confieren un romántico aspecto de misteriosa gruta, pero en su interior pueden hallarse restos de las coloristas pinturas con las que estuvo adornada en su día. Mientras tanto, el suelo, muy rebajado y de barro, muestra la huella del agua que se filtra directamente por la bóveda.
Las principales obras que se plantean en esta actuación son el saneamiento del edificio, la protección de la cubierta, el recrecido de los muros laterales para impedir el paso del agua al interior, y el reforzamiento de los estribos exteriores con objeto de garantizar la trasmisión de cargas al terreno. Todo ello sin olvidar la limpieza y rejuntado en los paramentos interiores y la colocación de un pavimento elevado de madera.