Un bar por 500 euros
Un municipio leonés busca arrendatario para su nuevo establecimiento hostelero
4 junio, 2022 07:00Noticias relacionadas
Joarilla de las Matas cuenta, según el Instituto Nacional de Estadística y el padrón que hace referencia al año 2021, con 270 habitantes. Tiene dos pedanías y el pueblo suma “un centenar de vecinos” y “muchos menos en los meses de invierno”, como nos confiesa su alcalde, Jairo Crespo Montalvo.
El municipio busca arrendatario para su nuevo bar, después de que los dos existentes hayan echado el cierre. “En todos los pueblos en los que hay bar, éste acaba siendo el único punto de reunión existente. La gente se ha jubilado aquí y se han cerrado los negocios hosteleros que no se han vuelto a abrir”, afirma.
La localidad contaba con un par de bares. El primero, el de Jesús Isaac, en la Plaza de la Iglesia, y que lo gestionaba él junto a su mujer. Lo alquilaron en mayo de 2019, antes de que llegara la pandemia, y en septiembre se cerró, tras dejarlo las inquilinas. El otro, al lado de la alameda. Con la pandemia, a la persona que lo llevaba, le quedaban pocos meses para jubilarse y decidió echar también el cierre.
“Estamos sin bar desde hace dos años. Desde que comenzó la pandemia. Sin establecimiento hostelero no podemos quedar con los amigos. O no lo hacemos o nos vamos a los bares de alrededor, de las localidades cercanas”, nos explica el alcalde del pueblo leonés.
Ante este problema, porque sabemos que un pueblo sin bar es un pueblo sin vida, el Ayuntamiento decidió, a finales del año 2020, acondicionar un local que está situado en la Travesía de la Iglesia, para encargarse de las obras, de la licitación y también de ofertar el negocio en busca de arrendatario.
“Se sacó a subasta en abril del año 2022. Se pedían 500 euros al año de alquiler. Se ofrecía el bar con el mobiliario nuevo. El que lo quisiera alquilar tenía, únicamente, que comprar vasos, tazas platos y demás. Además, dábamos un palet de pellets para las estufas durante los inviernos de arrendamiento”, añade el alcalde.
Jairo Crespo asegura que el único requisito que se pide es “querer trabajar, ni estar empadronado, ni vivir en el pueblo ni nada más”. Sin embargo, no han encontrado todavía un arrendatario que coja las riendas de un coqueto espacio en el que desarrollar el trabajo hostelero, tan importante en el medio rural.
“Vamos a volver a licitarlo a partir de este mes de junio porque parece que ahora sí hay gente interesada. La mayoría son de León capital, que se encuentra a 60 kilómetros. Vamos a aumentar la oferta a otro palet de pellet de estufa para que gasten lo menor posible en energía”, afirma el primer edil.
Son 500 euros anuales y el contrato de arrendamiento sería por un espacio temporal de tres años más otros dos prorrogables. Unas condiciones óptimas para poner en marcha cualquier negocio. Más complicado si está en un pueblo.
“Quedarnos sin bar sería un palo muy duro. Un pueblo que no tiene bar está condenado a desaparecer, pero soy optimista y creo que vamos a acabar encontrando arrendatario. De cara al verano es más sencillo. Esperamos que alguien se anime a cogerlo”, finaliza Jairo Crespo con aire optimista.
Otro municipio, en este caso leonés, que busca que la llama del bar, un lugar de socialización clave para cualquier población pequeña, no se apague.