De esta manera, explicó el regidor, se legaliza la construcción de la central, que queda pendiente ahora de la autorización para la ocupación del dominio público, paso previo a su entrada en funcionamiento. Ramón confió en que este procedimiento esté terminado “de aquí a final de año” y recordó que los edificios que usen la energía procedente de la central verán reducido su consumo “como mínimo un 30 por ciento”.
En ese sentido, subrayó que el Plan Nacional del Clima establece como una de sus medidas la promoción de las centrales de calor y atribuyó las dificultades en la puesta en marcha de esta instalación en la ciudad a “problemas de pedagogía” por “no explicar las cosas antes de hacerlas”. Al respecto, cabe recordar que los tribunales dictaminaron que la licencia concedida en primera instancia a la central de calor se otorgó de manera incorrecta, ya que se incumplieron los requisitos de exposición pública.
Dado que la sentencia no aprecia incompatibilidades con el ordenamiento urbanístico, el Ayuntamiento reinició el procedimiento con un requisito ambiental superior al del anterior proceso, con el objetivo de aumentar las garantías, explicó Ramón.