Si viajas por la zona de Los Ancares, en el extremo noroccidental de la provincia de León, podrás encontrarte con unas tradicionales y curiosas construcciones que salpican el paisaje: las pallozas, uno de los últimos vestigios de los antiguos pueblos prerromanos. No son chalés de lujo ni urbanizaciones que gozan de todo tipo de comodidades, pero cumplen la perfecta función de devolverte a finales del siglo XIX, cuando fue acuñado el término 'palloza' por varios etnógrafos como el alemán Fritz Krüger como deformación del término gallego "pallaza". Estas emblemáticas construcciones presentan una curiosa forma circular u ovalada con paredes construidas en piedra y un techo de heno. 

Además, cuentan con un diámetro de 10 a 20 metros y están compuestas por una robusta piedra impenetrable que, antaño, permitió la seguridad del hogar ante embestidas de animales e inclemencias meteorológicas. Al mismo tiempo, la estructura se divide en dos partes separadas por una empalizada revestida por tablas y un techo compuesto de heno que ha supuesto la impermeabilidad en los días de lluvia. También guardan similitudes con las casas redondas de la Edad de Hierro en Gran Bretaña o las edificaciones tradicionales de la cultura castreña en la Edad de Bronce.

Si viajas por esta zona de Castilla y León, podrás disfrutar del arte de estas construcciones en municipios como Balboa, Chano, Campo del Agua, Candín o Pereda de Ancares, donde se encuentran algunas de las cerca de 60 construcciones que existen en la actualidad en la Comunidad. En el caso de esta primera, Balboa, hace las delicias de los paladares más exigentes tras ser reformada en un restaurante.
Estas construcciones tan reconocidas en Los Ancares leoneses solo pueden verse en dos zonas más de España: en Galicia, en concreto, en la localidad lucense de Piornedo que alberga las 14 pallozas más conocidas, y en Asturias, en los valles de Furniella y de Ibias. 

Una oda a la tradición prerromana

La cultura no puede faltar en estas vetustas viviendas. Ubicadas en un entorno natural inigualable, las Pallozas de Chano han sido declaradas como Reserva de la biosfera por la Unesco en el año 2006, un reconocimiento que habla por sí solo de la importancia de estos lugares en todo el mundo. Pero no solo eso, sino que las 14 que están ubicadas en la localidad lucense de Piornedo gozan de la distinción de Bien de Interés Cultural donde una de ellas se ha trasladado al museo etnográfico para ser observada por los más curiosos. 
 
En la actualidad, su uso es meramente turístico y gastronómico para que los visitantes puedan adentrarse en un patrimonio cultural rico en la tradición del siglo XX, donde los prerromanos convivían con animales en total armonía. No obstante, dichas viviendas requieren de acometer reformas cada cuatro años con el fin de mantener los techos en perfectas condiciones. Las obras suelen costar alrededor de 3.000 euros y, las propias reformas, acostumbran a presentar inconvenientes por la falta de expertos y la complejidad de la técnica de reconstrucción para implantar la 'viga-madre'. Junto a la 'viga-madre' se sitúan dos lanzas de madera que se encajan una con otra en forma de Cruz de San Andrés para sujetar la parte alta.
Todo ello no hace más que enriquecer el valor cultural de la zona del Bierzo, que goza de una salud envidiable con más de 40 espacios declarados Bien de Interés Cultural y que, en la mayoría de los casos, han sido distinguidos en 1949 como Las Médulas o el Castillo de los Templarios.