En la visita de EL ESPAÑOL Noticias de Castilla y León a las nuevas instalaciones de Mundo Industria, ubicadas en la calle Turquesa número 1 del Polígono de San Cristóbal de la ciudad del Pisuerga nos encontramos con Begoña López López, una leonesa de 50 años a la que abordamos con las manos en la masa, nunca mejor dicho.
Está restaurando cuatro muebles para que puedan ser restaurados en la nueva sede de Mundo Industria. “Son cuatro piezas que intento arreglar en menos de un día”, asegura la profesional en declaraciones a este periódico, mientras pinta, pinta y da una nueva e ilusionante vida a esos muebles.
Nuestra entrevistada cuenta con un local de restauración de estos objetos en León, que se ubica en la Avenida Nocedo: Crea Vintage, y con 30 años de experiencia en el sector. Amante de salir de paseo con su perrita y de pasar tiempo con su familia, nos cuenta orgullosa cómo es, y lo que hace, en su día a día.
Un cambio motivado por la crisis
“Mi padre tenía una empresa de decoración. En la tienda vendíamos pinturas. Siempre me gustó. Empecé a ir los viernes a Bilbao a formarme, y me metí en el mundo de la restauración de muebles. Empecé de forma autodidacta, leyendo enciclopedias, revistas y demás, y a los 19 o 20 años comencé a pintar y a dar una nueva vida a los muebles”, nos explica Begoña, orgullosa.
30 años de experiencia y una auténtica artista. Daba, hace años, clases de manualidades que se han transformado en cursos de restauración de muebles. En su tienda, además de trabajar, día a día, imparte talleres a los que quieren adentrarse en este mundo. 21 alumnas esperan ya a su comienzo en noviembre. Ellas llevarán todo tipo de muebles para aprender lo máximo posible.
“Doy clases en el taller que tengo en la tienda. Hace años teníamos una tienda de pinturas, pero, con la crisis del 2008, me reinventé y la tienda la centré en pintar y restaurar muebles”, confiesa la leonesa. “Restauro muebles, los pinto, básicamente. Al final se les da una nueva vida transformándolos, quitando puertas… haciendo lo necesario para que quede bien”, nos explica.
Un trabajo con cariño
“Lo hago con mucho cuidado. Primero valoro y miro la pieza para saber si merece la pena restaurarlo o no. A veces, la gente me trae muebles de la abuela con un gran valor sentimental. Limpio la pieza. A veces la lijo, aunque con las pinturas de hoy en día no haría falta, y después actúo teniendo en cuenta lo que quiera cada cliente”, añade.
Begoña nos confiesa que “intenta poner todo su cariño en arreglar cada pieza”. “Le pongo más cariño en lo que hago para los demás que para mí misma”, añade entre risas, y asegura que hay veces que se sorprende cuando finaliza la actuación porque da un lavado de cara espectacular a las piezas.
a mayo. Le comienzan a pedir presupuestos, empieza a trabajar en ellos y los alterna con cursos para dotar de conocimientos a aquellos que quieren hacer lo mismo que ella.
Vocación
“Me lo paso bien. Dinero no haré, pero disfruto de mi trabajo. Me levanto por la mañana, saco a pasear a mi perrita, abro la tienda, me tomo un café y empiezo a trabajar. Estoy yo sola para atender el establecimiento, para dar clase… para todo”, confiesa la leonesa orgullosa de su trabajo.
En cuanto al futuro afirma que “no tiene una bola de cristal para predecirlo” pero apunta que “lo ve un poco negro”. Añade que “es difícil ser autónoma” porque “es como una montaña rusa” y que tiene que luchar para resistir.
“Me gustaría seguir trabajando en esto porque me gusta lo que hago”, finaliza una mujer que deja claro, solo con verla trabajar, que ama lo que hace, algo muy importante en estos tiempos que corren.
Alguno de los trabajos de Begoña AQUÍ.