La chiquillada de un hombre de 53 años en el municipio leonés de Cistierna puede salirle muy cara. El varón realizó una llamada falsa a los servicios del 112 alertando de un suceso que realmente no había sucedido. Ahora se enfrenta a una multa de 30.001 euros a 600.000 euros por la comisión de un presunto delito tipificado como muy grave.
El servicio de emergencias recibió la llamada telefónica de este ciudadano que informaba de que estaba siendo perseguido por un grupo de personas en la citada localidad y con la intención de agredirle físicamente. El alertante relató que había logrado refugiarse en un establecimiento hostelero de la localidad.
Debido a la gravedad de los hechos, la Guardia Civil llevó a cabo la movilización de varias patrullas que en esos momentos se encontraban realizando otros cometidos de seguridad ciudadana, cesando en los mismos para atender esta supuesta emergencia.
Una vez en el lugar que había indicado este varón, los agentes comprobaron que la persona que había efectuado la llamada ya no estaba allí. Por ello, la Benemérita abrió una investigación con el objetivo de esclarecer los hechos.
Finalmente, lograron identificar al responsable de la llamada falsa, que había provocado un perjuicio al servicio de las patrullas para atender un aviso falso. Tras ser localizado, le informaron que iba a ser denunciado como presunto autor de la comisión de una infracción muy grave, según se refleja en la Ley 4/2007 de 28 de marzo, de Protección Ciudadana de Castilla y León, en su artículo 22.f por "realizar llamadas de mala fe, que comuniquen avisos falsos, al teléfono de urgencias y emergencias del 112, cuando este hecho se produzca la movilización de un recurso".
La actuación policial fue llevada a cabo por la USECIC de la Comandancia de León y por una patrulla perteneciente al puesto de Riaño.