Así se desprende de la declaración de León sobre el parlamentarismo, elaborada y acordada por todos los participantes en la cumbre en un momento “clave y crucial para la consolidación de la democracia ante los nuevos desafíos y amenazas”.
Con una “gran preocupación” por la invasión rusa de Ucrania, el asalto a las instituciones parlamentarias, la injerencia extranjera en los procesos electorales, la desinformación generada en redes sociales “que altera la conversación democrática o desafíos como digitalización”, la Inteligencia Artificial, la crisis energética o las consecuencias del COVID-19, los presidentes alteraron del “aumento de los populismos, nacionalismos y extremismos” y del “deterioro de la calidad democracia, la polarización extrema y el despertar del autoritarismos”.
Unos totalitarismos que “se sirven de la democracia y los parlamentos para su formación y consolidación” y en cuya tolerancia “se encuentra en la invasión ilegal Ucrania”, a la que los presidentes condenaron, al tiempo que defendieron que “se siga apoyando la ayuda humanitaria siempre que sea necesaria”.
“El fomento de los valores democráticos, los derechos humanos y el estado de derecho requiere limitar las relaciones comerciales con los regímenes totalitarios y la dependencia de Europa frente al suministro de materias básicas”, consensuaron los parlamentarios, quienes abogaron por “una autonomía estratégica producción y la diversificación de las cadenas de valor”, así como “mayor cooperación con otras regiones como Iberioamérica, África o el Índico-Pacífico”.
Para los presidentes europeos, el asalto contra instituciones democráticas en varios países se trata de “una consecuencia del ascenso de movimientos extremistas impulsados por la desinformación y las falsas noticias”. Por ello, advirtieron de la “distorsión de la realidad” y de los “peligros” que suponen para la democracia “no adoptar una normativa internacional sobre Inteligencia Artificial”, para lo que pidieron “esfuerzos” para adoptar una ley en el marco europeo. De igual forma, apoyaron “ampliar a todos las iniciativas parlamentarias para detener las campañas de desinformación y proteger la calidad del sistema de información”.
Los presidentes de los parlamentos europeos reunidos en León lo tienen claro: “Los parlamentos son unos de los pilares institucionales más importantes en las democracias representativas como cámaras directamente elegidas por el pueblo”. En esta línea, señalaron que “deben estar implicados en todos los procesos de toma de decisiones frente al paso contemporáneo a la democracia gubernamental”.
Así, ante el “pluralismo social como fundamento de la legitimidad democrática de las instituciones del Estado”, defendieron el “refuerzo de los parlamentos” como “elemento clave de la estrategia internacional en favor democracia”, así como de la su capacidad para “abordar una serie de retos globales estratégicos, centrándose en la participación política de los jóvenes”.
En el Día Internacional del Parlamentarismo, también quisieron advertir sobre “la necesidad de recordar su origen” para “poder comprender el cambio social profundo que supuso para la organización de las sociedades y para el desarrollo constitucional en todas las democracias modernas”, así como para “ser conscientes de por qué es el mejor sistema de organización política”.
La conferencia internacional con la que España abre su presidencia de la vertiente parlamentaria de la Unión Europea tuvo lugar en la Colegiata de San Isidoro de la ciudad de León, donde se celebraron las primeras Cortes en 1188, convocadas por el rey Alfonso IX. En este sentido, la Declaración de León sobre el parlamentarismo puso de relieve las “profundas raíces históricas” de estas Cortes, donde “ocurrió por primera vez la presencia institucional en las decisiones de más alto nivel junto con la iglesia y la nobleza”, lo que “inició los parlamentos modernos”, al tiempo que “se establecieron los primeros fundamentos del derecho y la igualdad”, con “gran similitud a las prácticas modernas en la representación parlamentaria”.