Agentes medioambientales del Servicio Territorial de Medio Ambiente de León recogieron, el pasado 17 de julio y en colaboración con una patrulla del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil de Riaño, el cadáver de un ejemplar hembra de lobo ibérico en la localidad leonesa de Boca de Huérgano.
Tras la realización del análisis anatomopatológico del ejemplar, el cual se llevó a cabo en el Centro de Recuperación de Animales Silvestres de Valladolid, se comprobó que la loba asesinada había recibido un disparo en la zona cervical próxima al cráneo, donde encontraron restros de metralla.
Además, el animal presentaba un notable desplazamiento de la columna y una fractura conminuta de las primeras vértebras cervicales.
Se trataba de una hembra adulta de entre 6 y 7 años con marcas en el útero que indicaban que este año había parido a siete cachorros.
Y es que, dado que se trata de una especie protegida incluida en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, se están llevando a cabo las investigaciones pertinentes al considerarse que podría ser un hecho constitutivo de delito.
Desde la Junta de Castilla y León recuerdan que matar a un lobo puede suponer una infracción administrativa con sanciones que podrían superar los 200.000 euros e incluso penas de prisión.