La línea 017 de ayuda en ciberseguridad del Instituto Nacional de Ciberseguridad prestó servicio a la madre de una menor preadolescente, que contactó preocupada porque su hija había tenido acceso a contenidos de pornografía infantil explícita de forma involuntaria.
Concretamente, explicó que un número desconocido había conseguido agregar a su hija en un grupo de WhatsApp en el que se estaban compartiendo vídeos y fotografías de abuso sexual infantil y en el que había cerca de un millar de personas agregadas, entre ellas muchos compañeros de la clase de su hija.
LA joven, al ver los contenidos, salió rápidamente del grupo, aunque no pudo evitar ver algunas de las imágenes que se estaban compartiendo y que definió como “horribles”. A consecuencia de ello todavía está afectada por la situación.
Además de contactar con Incibe debido a su preocupación por las imágenes que había visto su hija, con el objetivo de averiguar qué podía hacer para que no volviera a suceder una situación similar, la menor y su madre decidieron denunciar lo ocurrido a la Policía Nacional.
Inmediatamente, que comprendimos la gravedad del asunto que, aparte de las consecuencias psicológicas en la menor, inmiscuía un delito de tenencia y distribución de pornografía infantil, proporcionó atención psicosocial a la usuaria y le dio varias pautas para actuar al respecto.