Román ha nacido siendo un gran protagonista y sin saberlo. Su nacimiento se ha convertido en todo un hito en un pueblo de Castilla y León y su llegada ha revolucionado más de lo que sus padres, Teresa Fernández y Paul Nuevo, se podían imaginar.
Se trata de la localidad de la Veguellina de Cepeda, un lugar que solo cuenta con 28 personas censadas -contando con el recién nacido-. Pero eso no es lo anecdótico, sino que lo más llamativo es que llevaban 38 años sin tener un nacimiento en esta zona.
El alcalde de la comarca de Quintana del Castillo, Manuel Menéndez, aún no se cree lo ocurrido y reconoce que es una "gran alegría para esta tierra". Lamenta que, tristemente, "hay defunciones todas las semanas y ningún nacimiento", pero eso ha cambiado.
El día 10 llegaba el pequeño Román para llenar de alegría, color y felicidad a esta localidad leonesa. Su madre Teresa asegura que todo el mundo está "muy contento" y que los vecinos, incluso, fueron "corriendo" a su casa para conocerlo porque tenían "muchas ganas".
Lo cierto es que es un pueblo muy pequeño y cabe la duda de cómo han llegado hasta ahí. Teresa es madrileña, tiene 37 años, y ha estado 33 viviendo en la capital española, pero acabó viniendo a la Comunidad sin saber que sería aquí donde encontraría el amor. Ella veraneaba en la zona porque sus padres son de ahí y, ahora, viven en el pueblo y casa de sus abuelos paternos.
Por el contrario, su pareja, Paul Nuevo, es de un pueblo del Bierzo, de Pobladura de las Regueras. Y hace cuatro años que sus caminos se han juntado en la Veguellina de Cepeda. La madrileña reconoce, entre risas, que cuando se vino la gente le decía que no se iba a "acostumbrar a vivir en un pueblo tan pequeño" y, aunque reconoce que es un "gran cambio", tiene claro que no lo cambia "por nada".
Cuando se plantearon tener hijos, estaban convencidos de que querían que "se criara en el pueblo, fuese a una escuela de aquí y conviviese en este entorno". Una de las ventajas es que, por ejemplo, vas al colegio y "conoces a todos los padres, todo es más familiar". En relación a las dificultades que puedan existir en cuanto a educación al ser un lugar tan pequeño, afirma que hay un centro educativo, que agrupa a 20 pueblos, y que está a unos cuatro kilómetros. "Hay rutas para los que viven fuera y es muy cómodo poder llegar. No va a haber ningún problema el día que tenga que ir al colegio", asegura.
Ahora, solo adaptarse a esta nueva vida y disfrutar de su primer bebé, aunque eso ya lo hacen: "Estamos todos como locos. Nuestros padres, los vecinos, todos. Es una fiesta. Solo nos ha dado felicidad a nosotros y a quienes nos rodean".