El acusado de asesinar de una puñalada a otro de 18 años, Mario Fuentes, cuando se encontraban en un botellón en el polígono de La Torre de la ciudad de León en el mes de mayo de 2021, aseguró hoy que fue el joven cántabro fue quien le agredió “repetidamente” hasta que “perdió el control de su actitud” y comenzó a “hacer aspavientos con ella” pero, en uno de ellos, golpeó a Mario en el cuerpo, en una reacción “presa del pánico”.
Así lo relató hoy en la Audiencia Provincial de León donde se celebrará hasta el próximo lunes el juicio en el que un jurado popular se encargará de dirimir si Jorge C.B. es o no culpable del delito de asesinato que se le imputa por los hechos. Durante su declaración, en la que solo respondió a preguntas de su letrado, el joven relató que en el momento de los hechos “era un estudiante Derecho con 21 años y una vida normal, aunque la tristeza es que tenía problemas con las drogas”.
Sobre el día de la muerte de Mario, el acusado relató que el día 15 había quedado por la tarde “para beber con unas personas” y acabaron en un botellón en el pabellón en un descampado en el polígono de La Torre, donde, por causas que desconoce “se inició una pelea” en la que agredieron a las personas que iban con él.
“Fui a preguntar qué pasaba y me encontré con un joven que me golpeó repetidamente”, aseguró refiriéndose a Mario Fuentes. “Mi reacción fue sacar la navaja, le dije que qué hacía, que por qué me pegaba y él me insistía en que la guardara. Yo intenté solucionar el problema hablando, me aparté con él, pero mientras hablaba volvió a agredirme y yo caí al suelo, donde me empezó a pegar más gente”, continuó.
Según el relato del acusado, después de ser agredido en el suelo, “perdió el control de su actitud, sacó la navaja que tenía y comenzó a hacer aspavientos” hasta que uno de ellos golpeó a Mario “en el cuerpo”. “No puedo justificar mi reacción porque fui presa del pánico; no estaba pensando cómo actuar, fue algo instintivo”, dijo.
Una vez que esto sucedió, Jorge C.B. salió corriendo de la zona con dos amigos y llamó a un tercero para que fuera a recogerle en coche y le llevara a casa. Fue al día siguiente, en el momento en el que la policía fue a buscarle a su puerta, fue cuando -de acuerdo con su declaración- se enteró de lo que había pasado, ya que tan solo sabía que había ocurrido un accidente, pero “no que había muerto nadie”.
Sobre la navaja, detalló que la compró en una tienda “como un fruto de la casualidad” porque le llamó la atención y también la llevaba consigo ese día “por algo fortuito”, aunque “no tenía la intención de agredir a nadie ni ninguna cuenta pendiente”, sino que fue “presa del pánico” y “no era consciente”. “Ojalá haberlo sido, haber parado y que no hubiera pasado”, insistió.
“Lo siento mucho, no hay nada que pueda hacer, sé que no hay reparo en el fallecimiento del hijo y ojalá pudiese hacer más por ellos y poder solucionarlo, pero dentro de la medida de las posibilidades, si poder decirle a la familia que he sido y que puedan tenerme aquí en este proceso y pasar este duelo, lo voy a hacer”, concluyó.
Relato de los hechos
De acuerdo con el relato de la Fiscalía en sus conclusiones provisionales, los hechos que se juzgarán hasta el próximo lunes se produjeron sobre las 3.50 horas de la madrugada del día 16 de mayo de 2021 cuando Jorge C.B. se encontraba de botellón junto con un grupo de amigos. Fue allí donde se inició una discusión con otro grupo de jóvenes entre los que se encontraba Mario.
En el seno de esa discusión, Mario emprendió la huida, pero fue perseguido por Jorge C.B., quien, “durante la carrera y con ánimo de acabar con su vida”, le clavó en el costado izquierdo, “de forma súbita y sorpresiva y sin que este tuviera ninguna posibilidad de defenderse”, una navaja con cachas de color marrón y con una hoja de unos 16 centímetros de longitud. El joven que tenía 18 años en aquel momento, falleció a las 5.20 horas de la misma noche en el Complejo Asistencial Universitario de León.
A este relato, la acusación particular añadió que el acusado “llevaba toda la noche de los hechos amenazando a otros jóvenes presentes en la zona con el arma” y puntualizó que “se la clavó a Mario de forma súbita y sin que pudiera defenderse”. Después de cometer los hechos “se fue, llamó a un amigo y acabaron yendo a su casa, en Eras de Renueva”. Además, en el momento de su detención, que se llevó a cabo el mismo día 16 de mayo, “se negaba a entregar la navaja, que tenía escondida en un armario y también había roto su teléfono móvil para entorpecer la investigación”.
Delito de asesinato
Por los hechos anteriormente relatados, el Ministerio Fiscal solicitó en el día de hoy una pena de 22 años de prisión contra Jorge C.B. al considerarle el autor de un delito de asesinato, así como una indemnización de 150 euros para los padres de Mario y 27.000 euros para su hermano menor.
Dos años menos, un total de 20 solicita la acusación particular, ejercida por el letrado Fernando Rodríguez Santocildes, quien además propone indemnizaciones de 200.000 euros para los padres y 90.000 euros para el hermano.
Por su parte, la defensa del acusado relató que en el transcurso de la pelea Mario “golpeó en la cara en el cuerpo a Jorge hasta caer en el suelo sangrando por la nariz y con diferentes lesiones”. Tras ello, el acusado “se levantó del suelo fuera de sí y sin control alguno sobre sus altos, en una situación de alteración plena” y “empezó a deambular por la zona haciendo gestos con la navaja, hasta que en un momento impactó contra Mario sin intención ni de lesionarle ni de causarle la muerte”. Por ello, solicitó su libre absolución.
“Mario me dijo que había un pirado que tenía una navaja y le vi correr huyendo delante de Jorge C.B. y otros dos chicos. En un momento de la carrera, se giró para mirar si le seguían, sin hacer ningún amago de pegarse ni nada, y ahí fue cuando le apuñaló”. Así relató hoy un testigo el momento en el que un joven de 21 años, Jorge C.B. apuñaló a otro de 18, Mario Fuentes, cuando se encontraban en un botellón en el polígono de La Torre de León en la madrugada de 16 mayo de 2021.
El testigo, que era amigo de la víctima, explicó que la noche de los hechos se encontraban haciendo botellón en el citado lugar, cuando comenzó una pelea en la que Mario le contó que “había un tío que estaba pirado y tenía una navaja” y vio cómo Jorge C.B. “estaba fuera de sí, de pie y muy tenso diciendo ‘Venid ahora maricones, ¿ahora qué”.
Fue en ese momento en el que la víctima “empezó a correr delante de su agresor y otros dos chicos y, cuando se giró un poco hacia para mirar si le seguían, le apuñaló de frente”. Tras los hechos, Mario “se quedó quieto agarrándose la herida”, Jorge C.B. -del que el testigo aseguró tras mirarle que “posiblemente sí fue el autor de los hechos”- le dijo a sus acompañantes ‘Vámonos de aquí, que le acabo de apuñalar’ y se fueron.
El testigo, el primero de todos en sentarse hoy en el banquillo de la Audiencia Provincial de León, fue el encargado de llamar al 112 para informar de lo ocurrido a pesar de que se encontraba “en un estado de pánico”, mientras que otras personas presentes trataban de auxiliar a la víctima, que se encontraba “apoyado en una pared, nervioso y con dificultad para respirar”.
Sí que le ofreció auxilio, junto a más personas, el segundo testigo de la jornada, un joven que no conocía al acusado, pero sí a la víctima, que estudiaba con sus compañeros de piso. La noche de los hechos, de acuerdo con su testimonio, se produjo una pelea en la que él recibió un golpe en la cara que le tiró al suelo.
Sobre el apuñalamiento, el testigo no vio al agresor, ni vio a Jorge C.B. estaba en el lugar en el momento de los hechos, pero sí vio a Mario herido, por lo que decidió “lanzarse encima” para “taponarle con las manos la herida por la que sangraba”. “Yo intentaba hablar con Mario, que estaba muy nervioso, pero llegó un momento en el que dejó de hablar”, contó, al tiempo que recordó cómo cuando él mismo rompió a llorar, Mario le dijo “que estuviera tranquilo, que se iba a poner bien”.