El alcalde de León no es un alcalde al uso, y quizás ese sea el motivo por el que el PSOE conserva el poder en esta capital española, una de exigua docena donde hoy gobierna tras el batacazo del 28-M. José Antonio Diez se caracteriza por decir sin rodeos lo que piensa, pese a quien pese, y por ser el único exponente y precursor de un socialismo leonesista sin complejos, que ha logrado neutralizar en las municipales a una UPL in crescendo utilizando sus mismas armas. "Somos leonesistas antes que socialistas", no se cansa de repetir, recuperando el postulado del PSOE leonés de los 80, que luchaba in extremis por un León Solo cuando estaba a punto de cerrarse el nuevo mapa autonómico, que tanta decepción dejó en León.
José Antonio Diez Díaz (León, 1968) es geólogo de profesión, y desembarcó en la política en el año 2007, primero como concejal del gobierno socialista de Francisco Javier Hernández, pasando en la siguiente legislatura a portavoz municipal del PSOE en la oposición para terminar siendo alcalde, finalmente, tras 8 años de gobiernos populares. Procede de una histórica familia socialista por parte de madre; es sobrino de Fernando y Alberto Díaz Aznar, 'los Nanetes', de los que se enorgullece enormemente al recordar su lucha en la clandestinidad durante el franquismo y su papel en la fundación del PSOE leonés en 1977.
Tras más de cinco años en el cargo, el cariño y el respeto que va ganándose de sus vecinos inclina la balanza de forma inversamente proporcional a los enfrentamientos librados con los de su propio partido, en todos los niveles. Enemigos no le faltan. Del 'tengo tres años para joderte' que le espetó Koldo García por recriminar en un acto público a Ábalos el incumplimiento de Fomento con León, a los serios intentos de la ejecutiva provincial capitaneada por Javier Alfonso Cendón -portavoz adjunto del PSOE en el Congreso- para malograr su candidatura a las primarias de la agrupación local; pasando por su enfrentamiento personal con el exalcalde de Valladolid y actual ministro de Transportes, Óscar Puente, o la incomodidad que su promoción de las mociones leonesistas provocó en el PSOE de Castilla y León. Con la amnistía tampoco comulga con su partido, pero él no se ve como un caso extraño, sino que está convencido de que muchos ya siguen su senda crítica.
-¿Qué tiene que tener un alcalde para que los leoneses confíen en él en dos elecciones consecutivas tras ocho años de gobierno del Partido Popular?
-Habría que preguntárselo a los leoneses, pero yo creo que lo que buscamos los ciudadanos en nuestros representantes, y en un alcalde quizá con más motivo, es la cercanía. Sobre todo quieren sentir que defiendes sus intereses, la ciudad, y que lo haces por encima de quien sea, que ellos son lo primero. Señas de identidad que en muchas ocasiones se promulgan, pero no siempre se demuestran. Durante estos años, ante distintas situaciones, he demostrado que para mí lo primero son los leoneses, que son quienes me votan, son mi referencia y para ellos trabajo. Luego hay que tener tu proyecto de ciudad, y otras cuestiones que los ciudadanos también valoran. Creo que durante estos años la ciudad de León ha sufrido una transformación muy importante, tanto en la forma de la gestión como del desarrollo y la apuesta de ciudad. Y eso también en un alcalde.
-Que defender los intereses del ciudadano es labor del alcalde parece obvio, pero la actual estructura del sistema político español no lo favorece, sino más bien la pleitesía y el estar al servicio del partido. En este caso, como ya sabemos, a usted le ha costado algún que otro disgusto en el pasado, como las consabidas amenazas de Koldo por reclamar a Ábalos en público…
-Es verdad que suele ser complicado en los partidos salirte un poco, o un mucho, de la línea que te marcan; las disciplinas de los partidos suelen ser bastante férreas y, por tanto, sabes que si promulgas cuestiones que no estén en la línea del partido puede causarte problemas. Yo no soy el primer alcalde ni el primer cargo público que ha tenido problemas por no seguir las líneas de un partido. En mi caso, lo novedoso es que sigo estando aquí a pesar de haberme desmarcado, no solamente enfrentándome a un ministro. He tenido otros momentos, como la aprobación de la moción leonesista en el año 2019, que también acarreó muchas presiones internas desde el partido. Así que yo creo que lo importante, ante todo, es estar tranquilo, ir con la cabeza bien alta delante de tus ciudadanos, defender sus intereses por encima de todo. Y es verdad que en la política no es frecuente, incluso vemos cómo diputados o procuradores de una circunscripción votan incluso en contra de los intereses de su propia provincia, algo que resulta realmente paradójico. Eso es lo que hace que la política se aleje cada vez más de los ciudadanos, que no la comprendan ni la entiendan, y mucho menos que se fíen de sus representantes públicos. Y ese es el camino que hay que revertir, somos los máximos exponentes de los ciudadanos para la consecución de sus objetivos. Y si no pueden confiar en nosotros, porque motivos les damos, pues evidentemente el sistema puede tener problemas.
-El episodio al que nos referíamos fue con el anterior ministro de transportes. Usted sigue en esa línea reivindicativa para León con su sucesor, Óscar Puente, con quien también le une una larga ristra de enfrentamientos dialécticos. ¿Es el sino del alcalde de León?
-Es el sino de los leoneses. Los leoneses llevamos muchísimos años olvidados y, por tanto, nuestro sino siempre es la reivindicación, la lucha y la pelea; contra o con quien haya que hacerla dependerá de cada momento. Ahora el ministro de Fomento es el señor Óscar Puente, anterior alcalde de Valladolid que, reitero, creo que hizo una excelente labor como alcalde, porque defendía los intereses de su ciudad, además de una magnífica gestión, pero en el ámbito ya del Ministerio no está haciendo políticas que sirvan para integrar el territorio, sino que en mi opinión aparta algunos territorios en beneficio de otros. Y eso no lo debe hacer nunca, y menos un gobierno socialista que promulga la igualdad de oportunidades para todos.
Óscar Puente no está haciendo políticas que sirvan para integrar el territorio, sino que aparta a unos en beneficio de otros
-Ahora quizás ya no le pueda acusar tanto de ‘tirar’ por Valladolid, su ciudad, a la que no ha tenido problemas para cerrar la puerta al soterramiento del ferrocarril...
-Creo que eso es algo coyuntural. El soterramiento de Valladolid era imposible, igual que otros soterramientos de los que se están hablando en otros lugares. Y por tanto es cerrar la puerta a algo que cuando él era alcalde sabía perfectamente que era muy difícil que se pudiera se pudiera producir. Pero siempre exigió centralismo en esta comunidad autónoma. Es normal que un presidente del gobierno, un ministro, intente beneficiar o apoyar algo más los proyectos de su tierra, pero siempre sin discriminar y atacar los proyectos de otros.
-¿Se siente más leonesista o socialista?
-Sobre este tema hay un hecho que relato muchas veces porque define perfectamente la cuestión, no solamente de los socialistas ni de los populares, sino de la ciudadanía de León. A principios de los 80 cuando se convoca la manifestación en contra de la construcción de la autonomía, el partido socialista encabezaba la pancarta con un eslogan que rezaba ‘Somos leonesistas antes que socialistas’. Pues ya está. Los leoneses somos leoneses, luego tendremos otro apellido, pero el primero, somos leoneses y defendemos León.
-¿Cree que sería viable esa nueva autonomía separada, con León, Zamora y Salamanca?
-Sobre esta cuestión siempre tengo bastantes discrepancias con alguna formación política que defiende a capa y espada y como leiv motiv la región leonesa. Sabemos que conseguir una autonomía es un tema bastante complejo; primero, porque depende de muchas partes: que se inicie un proceso, después que se vayan cumpliendo todos los pasos, tal y como dice la Constitución en los reglamentos. Y en el caso de conseguirlos, alcanzaría la autonomía. Uno de esos pasos fundamentales es lo que opinan los ciudadanos y habitantes de esta región. Y mientras en León se mantiene de forma importante ese sentimiento leonesista y esa reivindicación autonómica, hay otros territorios de la región leonesa donde no tienen tanta fuerza y vigor. Si aplicáramos un referéndum con los índices de aceptación que tiene que tener para conseguir esa autonomía, probablemente no lo conseguiríamos en provincias como Salamanca y Zamora. Así que yo soy partidario de una autonomía uniprovincial de León, que tiene todo el derecho constitucional a serlo igual que otras que lo han sido. Y a mí, sinceramente, si tuviera que exponer cuál es la que más me gustaría, sería una comunidad autónoma de Asturias y León, sin lugar a dudas.
Los leoneses somos leonesistas antes que socialistas; para mí, lo ideal sería una CC. AA. con Asturias y León
-Desde el exterior su reivindicación puede interpretarse como independentismo. ¿Quiere aclararlo?
-Es todo lo contrario. Ya lo sufrí en el año 2019 cuando aprobamos la moción leonesista, se me acusó de ser un alcalde independentista. No tiene nada que ver. Es una manera de vertebrar el territorio nacional, de hacerlo más fuerte. Porque, evidentemente, en esta comunidad autónoma tan sumamente extensa, con tantas provincias y tantas diferencias en todos los ámbitos, culturales, económicos, sociales, históricos, incluso, lo que hace realmente es enriquecer y fortalecer España, que es el objetivo que tenemos que buscar todos. Nada más lejos y opuesto a nuestra pretensión que algo que tenga que ver con la independencia.
-De hecho, yo he escuchado muchas veces decir que ningún español es más español que un leonés…
-Efectivamente, el origen de este país, si nos fuéramos a nuestros ancestros históricos, parte del Reino de León. No hay que olvidar que Galicia, parte importante del norte de Portugal y Extremadura pertenecieron todos al Reino de León. Y fue el germen, no ya solamente en derechos y libertades, ahí están nuestros fueros del 1017 y 1020, o los Decreta de León de 1188, que han sido determinantes para el desarrollo de constituciones incluso fuera de nuestro país, sino porque realmente es la semilla de la historia y de la España que conocemos y concebimos hoy en día. Por eso choca mucho que aquellos que fuimos el germen de este país, el reino medieval cristiano más importante que ha habido en la historia, no hayamos tenido derecho ni se haya consultado en su momento para poder con constituirnos como una comunidad autónoma. Mientras hay otras, unas cuantas, de regalo, cuando a los leoneses nunca se nos ha permitido esta cuestión. Y es una afrenta que los leoneses llevamos muy clavada en nuestro interior.
Resulta muy difícil cuando la gente te para por la calle y te pregunta ciertas cosas dar una explicación con la que tú te sientas cómodo
-En el ámbito municipal, esta es una legislatura de consolidación del proyecto inicial y de mirar hacia el futuro. ¿Cuáles son los grandes trabajos en los que está inmerso el ayuntamiento?
-Es cierto que un segundo mandato tiene que consolidar tu proyecto. En los cuatro primeros cuatro años estuvimos además inmersos en una pandemia, que nos limitó y trastocó a todos los municipios los proyectos. Este es el momento de la consolidación de un proyecto que busca sobre todo hacer de León una ciudad de oportunidades, accesible, cómoda, sostenible, saludable... segura, que ya lo es. Y donde nuestros proyectos estrella pasan fundamentalmente por el desarrollo de algo que para nosotros es el hándicap que hemos tenido durante muchos años, nuestro suelo industrial. Y es que León carece de suelo industrial. Ahora se está desarrollando por parte de la Junta de Castilla y León la ampliación del parque tecnológico, nosotros estamos ejecutando un polígono industrial de un millón de metros cuadrados en la zona sur de la ciudad. Son los proyectos menos tangibles, pero son los de futuro de la ciudad. Luego está todo lo demás: potenciar nuestro sector turístico, nuestra ciudad, que es eminentemente de servicios; nuestros polos estratégicos empresariales se centran en el sector biotecnológico. Somos el tercer polo de España en el sector TIC, como consecuencia de tener el Incibe en León y la relevancia que alcanza el sector en esta ciudad. Y luego, como digo, el sector servicios, que es fundamental. Queremos buscar un desarrollo amplio del sector logístico. Nuestra ubicación geográfica ha sido reconocida por Europa como un nudo o nodo estratégico de la red de transporte europeo. Y a partir de ahí, queremos crecer mucho en el sector logístico, ya hay municipios próximos a la ciudad que así lo han hecho, como Villadangos, pero nosotros queremos ser nuestro propio nudo, también en nuestro propio desarrollo logístico.
Que no se nos consultara a los leoneses para constituirnos en comunidad autónoma es una afrenta que llevamos muy clavada en el interior
-Volvemos otra vez a transportes e infraestructuras. ¿Es necesario el apoyo del Gobierno de España y del Ministerio de Transportes para hacer realidad este nodo logístico?
-Sí, claro. Hoy por hoy, las comunicaciones son las que vertebran el territorio y las que le dan oportunidades de desarrollo. Aquí tenemos la alta velocidad, ¿qué sería de León si no la tuviéramos? Por tanto, en seguir apostando por mejores comunicaciones, infraestructuras y desarrollo en el transporte, tanto de mercancías como de viajeros, será donde esté el gran desarrollo y el futuro. Los territorios que aún no tienen AVE o por donde presumiblemente no pasará, tendrán grandes dificultades. Además, estos procesos también sirven para fijar población, con unas buenas frecuencias para que los ciudadanos puedan moverse a sus lugares de trabajo y seguir viviendo en su territorio, sin tener que dejar atrás a sus familias.
-¿Cuáles son sus demandas en relación a vías de comunicación?
-Tenemos algunas que son históricas. Para empezar, la autovía León-Valladolid. Choca muchísimo que los dos principales, a priori, centros neurálgicos en la comunidad autónoma no estén conectados por autovía, es prácticamente lo único que queda por conectar. Además, seguir fomentando el desarrollo de infraestructuras ferroviarias: tanto de vía estrecha, para que llegue a la ciudad, a la estación de Matallana, y no se quede a kilómetro y medio, como la capacitación de esas infraestructuras. Es decir, podemos tener alta velocidad, pero necesitamos trenes, trenes de bajo coste, y frecuencias y horarios que sean compatibles con las necesidades de los ciudadanos. Hay además un proyecto importante que depende del Ministerio, que espero que en muy poco tiempo vea ya la luz de la licitación pública, que es el soterramiento de nuestra ronda de la LE-20 a su paso por el cruce de La Granja, una actuación de unos 27 millones de euros que ya tiene redactado el proyecto de ejecución y tan solo falta que el ministro lo firme y lo saque a licitación. Esperemos que no se le olvide ni se le quede apartado en ninguna mesa.
Esperemos que a Puente no se le olvide el soterramiento de nuestra ronda de la LE-20, que está pendiente solo de su firma
-Me gustaría preguntarle por cuestiones internas de su partido. Después de la tormenta, y de haber ganado aquellas primarias tan controvertidas en la Agrupación Local de León, en las que el apartado del partido intentó colocar a otra persona, ¿se ha cerrado esa herida? ¿Cómo son las relaciones actuales con el PSOE de León?
-Creo que las heridas siempre permanecen. Otra cosa es que tú quieras que las cosas puedan encauzarse o encaminarse dentro de un trabajo en una colaboración conjunta, que es la que debería haber dentro del partido. Pero evidentemente, son plausibles, y no se lo voy a negar a nadie, mis diferencias con la dirección provincial del partido. Estamos en un momento de una relación normal, es verdad, de tranquilidad... pero el proyecto que yo busco para León, para mi ciudad, incluso para la provincia, tiene bastantes divergencias con el que representa la actual dirección provincial, como creo que pasa en muchos territorios, no solamente en León.
El proyecto que yo busco para León tiene bastantes divergencias con el que representa la actual dirección provincial
-La Agrupación Local de León es la más numerosa de todo Castilla y León…
-Sí. Es una agrupación muy singular y siempre muy compleja, no solo por el número de militantes, sino porque su actividad siempre ha sido muy, muy potente. De hecho, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que fue secretario provincial, fue y sigue siendo miembro de la agrupación local, y muy destacados miembros de la política han salido de aquí. Es además una de las más numerosas de España, no solo de Castilla y León.
-Usted procede de una familia socialista, que incluso estuvo en la clandestinidad, no es un recién llegado al PSOE.
-No, yo soy un recién llegado, entre comillas, a la política. Pero yo he vivido la política desde muy niño en mi casa. La familia de mi madre formó parte de la creación del partido socialista desde la clandestinidad; gente muy comprometida, que nunca quiso nada a cambio, que no quiso desempeñar cargos públicos, sino defender sus ideas, sus principios y sus valores. Incluso en aquellos tiempos, poniendo en riesgo muchas cosas, sus negocios, y tiempo más atrás, incluso la vida. Así que, a la política llegué en el año 2007, pero la política en mi familia es de toda la vida.
-Podemos decir entonces que a socialista no le gana nadie…
-Yo no soy de andar poniendo carnés, ni niveles de socialistas, ni de españoles ni de nada. Yo creo que cada uno es como se siente, lo que vive. No siempre comparte todo lo que hacen sus organizaciones, ni siquiera, a veces, su país... Pero yo soy socialista porque lo soy, porque tengo principios, valores y convicciones muy fuertes que me han sido inculcadas desde niño, que las he visto y las he vivido y, por tanto, a mí nadie me va un carné de más o menos socialista, ni yo a nadie.
La familia de mi madre formó parte de la creación del partido socialista desde la clandestinidad, poniendo en riesgo incluso la vida
-¿Se siente un verso suelto dentro de la organización?
-No, tampoco diría eso, yo creo que en tal caso hay muchos versos sueltos ya. Estamos en un momento en el que la política está siendo sumamente convulsa, donde las decisiones políticas no son nada sencillas, son muy difíciles de explicar y trasladar a la ciudadanía, y yo siento que tengo un parecer y una idea diferente de ciertas cuestiones. Es verdad que en mi trayectoria política, en estos casi 17 años que llevo, siempre he estado bastante en el lado que podríamos llamarlo crítico, independientemente de ser secretario general o alcalde, pero no considerando que estar en un sector o en otro es mejor o peor, sino que no compartes en ciertos momentos las líneas de actuación que se te plantean desde el partido. Pero como digo, no estoy yo solo, hay muchísima gente. Aquí, en León, se demostró en mayo de 2022 cómo la agrupación me respaldó claramente frente a la ofensiva brutal que se realizó desde Madrid, Valladolid y desde la propia provincial. Y eso quiere decir que tú no estás solo; esto en León, y a nivel nacional imagino que haya mucha gente que también opina de forma diferente.
-¿Tiene una relación fluida con Emiliano García-Page?
-(Risas) Bueno, fluida, fluida... no. Pero sí, he hablado con él, personalmente he coincidido alguna vez, el otro día hemos wasapeado. Y sí, tengo una buena relación y además es una persona a la que admiro mucho, como a otros muchísimos socialistas. Él está más en boga y en el candelero. Es una persona a la que aprecio y valoro muchísimo.
Hay muchos versos sueltos ya en el PSOE; no estoy yo solo, hay muchísima gente
-Hace unos días tuve una conversación con un histórico exmilitante socialista que sostenía que antes había más debate interno en el PSOE, que los congresos en tiempos de Felipe González duraban varios días, porque se escuchaba a todo el mundo, pero que ahora eso se ha perdido. ¿Comparte esta opinión?
-Lo que yo visualizo es que el único debate que sigue habiendo en el partido, y tampoco es el que había antes, es el de las agrupaciones. ¿Por qué? Porque al igual que los ayuntamientos, es lo más cercano, donde la gente habla más libremente. Cuando vas a un congreso ya de otro tipo, y yo ya llevo unos cuantos... ya a los últimos ni voy, porque como dice el otro, ¿pa’qué? Creo que se ha perdido mucho esa esencia. Pero ya no solamente en el debate de los congresos, donde puedes mantener o plantear una línea de actuación en el trabajo en base a la ideología y a los valores, principios, etcétera, que luego puede verse trastocada a lo largo del tiempo por distintas circunstancias. El día a día hace que haya que tomar decisiones en un sentido u otro. Pero esas decisiones deberían ser mucho más compartidas, mucho mejor explicadas, trasladadas y avaladas hacia nuestra militancia. Y más si llegas a secretario general avalándote en la militancia, diciendo que la militancia va a ser lo más importante para ti, pues yo creo que hay que intentar cumplirlo. También entiendo que no somos un partido asambleísta en el que cada vez hay que preguntar a todos cada decisión. Pero hay cuestiones muy importantes que han sucedido estos últimos años o meses que creo que sí debería haber exigido un debate más importante dentro del partido. Hay que funcionar, hay que ser eficientes, pero cuando hay cuestiones importantes que se alejan de lo que parece que es lo normalmente establecido, sí debería ser cuestión de un debate más amplio.
Tengo buena relación con García-Page, y además es una persona a la que admiro, aprecio y valoro muchísimo
-En otras palabras, ¿tendría que haber convocado el PSOE a la militancia para consultarle si está a favor de la Ley de Amnistía?
-Yo no sé si tanto a la militancia, que sería lo suyo, pero el partido tiene muchos niveles. Al final todo es una cadena, las provinciales tienen que ser el sentir de las locales, las regionales y autonómicas, de las provincias, y luego el federal. Pero algo más de consulta, debate o explicación. Porque a lo mejor falta explicación. Para nosotros, como cargos públicos alejados de los centros de poder de Madrid, resulta muy difícil cuando la gente te para por la calle y te pregunta ciertas cosas dar una explicación con la que tú te sientas coherente y sensato y cómodo defendiendo algo que pueda tener controversia. Es muy difícil, hay que verse en estos sitios.
¿Cómo debería haberlo hecho entonces el PSOE?
-Existen unos órganos que son los comités, un comité federal, autonómicos, provinciales, que se reúnen y a través de esos comités se debería haber dado una traslación al federal de qué es lo que piensa el partido socialista en esos ámbitos. Comités provinciales hay en todas las provincias, había una propuesta, unas manifestaciones, a nivel autonómico, otras y quizá eso refuerza el proyecto y la decisión. Al final, si tú sientes que todo el partido está en una línea, pues puedes pensar algo diferente y no pasa nada. Pero cuando las decisiones no parece que imanen de todo el partido, pues todo será mucho más complejo y más fácil que cada uno opine una cosa.
A los congresos del PSOE ya ni voy, porque como dice el otro, ‘¿pa’qué?’
-Pregunta obligada, ¿está usted a favor de esta Ley de Amnistía?
-Vuelvo a decir que con una gran falta de información, de saber por qué se toman ciertas decisiones, yo en principio no estoy a favor de una ley de amnistía en el sentido en que se propugnaba y, menos aún, si cabe con incluir los delitos de terrorismo. No. Yo sé que esto siempre es muy rebatible con el discurso, con que es una ley que se aborda para unir España… no lo sé, a priori no, a lo mejor luego el resultado de esta ley es excepcional y magnífico. No lo descarto, ni lo discuto siquiera. Pero a mí inicialmente de arranque no me parece que sea lo más conveniente, sobre todo porque da una imagen de estar plegados a los de siempre. Y hay una parte de España que estamos ya muy cansados de sufrir las consecuencias de que ciertos territorios hayan controlado y dominado históricamente. También como consecuencia de la ley electoral que tenemos, que debería reestudiarse, porque si no, seguiremos siempre así, en manos de unos pocos estaremos todos los españoles. Y esos pocos son los que siempre han sacado gran beneficio en estos últimos 40 años. Y el resto, los que estamos aquí, que somos más españoles o tan españoles como los demás, quienes sufrimos las consecuencias. Eso es lo que es muy difícil de explicar y trasladar a los ciudadanos, por qué aquí no, y aquí, sí. Y al final es la pescadilla que se muerde la cola: de la falta de oportunidades y de inversiones durante 40 años, esto se ha convertido en la España despoblada, que han despoblado, evidentemente, donde ahora quién va a venir a hacer nada si aquí ya no hay nadie. Pero esto es consecuencia de 40 años de mala gestión y mala aplicación de las políticas desde los gobiernos centrales.
Si llegas a secretario general avalándote en la militancia y diciendo que será lo más importante para ti, pues yo creo que hay que intentar cumplirlo
-Dice que da esa imagen, pero es que así es. Es que Pedro Sánchez depende de siete votos independentistas para seguir siendo presidente del Gobierno. Usted también dijo que si fuera diputado, votaría en contra.
-O si no pudiera votar en contra, dimitiría. Evidentemente, no votaría, eso ya lo dije públicamente. Pero no nos olvidemos que ahora hablamos de Pedro Sánchez, pero también Aznar estuvo sujeto a los independentistas, ahora vamos con el paso de la amnistía, pero todos han estado subyugados a vascos y catalanes. Ese sistema ha propiciado que dos territorios descompensen enormemente el equilibrio. Se salva Madrid, con su gran centralismo, y algunas regiones que de por sí son más ricas.
Tudanca es ahora mismo la opción más sensata, cuenta con mi respaldo
-Para finalizar, ¿cómo ve el futuro de Luis Tudanca como líder autonómico, como futuro candidato del PSOE a la Junta? Da la sensación de que el propio partido le está indicando la puerta de salida.
-Yo, sobre Luis, el compañero Luis, con el que también he tenido muchas discrepancias, pero al que considero un hombre con fuertes principios y valores -que para mí es muy importante- no tengo duda de que va a ser el próximo candidato del PSOE a las elecciones en Castilla y León. Evidentemente, el tiempo desgasta, pero es el único socialista en muchos años que ha ganado unas elecciones en esta tierra, y eso es algo a valorar y tener en cuenta. Pero bueno, es normal que cuando también se desmarca un poco de la línea oficial del partido, surjan los problemas, y los ataques y los inconvenientes. Pero yo ahora mismo no veo otra opción, y para nosotros es la opción más sensata que puede haber en este momento. Cuenta con todo mi respaldo.