Uno de los mayores tesoros arquitectónicos de la provincia de León y también de Castilla y León se ubica concretamente en el municipio de Astorga. Allí se encuentra una construcción única y exclusiva que data del siglo XIX, que parece sacada de una película de Disney y que cobra una especial relevancia por ser uno de los tres proyectos que el reconocido y prestigioso arquitecto Antonio Gaudí, considerado uno de los mejores de la historia y máximo exponente del Modernismo en España, llevó a cabo fuera de Cataluña a lo largo de su extensa y laureada trayectoria profesional.
Hablamos del Palacio de Gaudí, una obra de arte de aire medieval y construida con granito del Bierzo, que fue declarada Bien de Interés Cultural el 24 de julio de 1969.
Está concebida como un castillo en el exterior, por sus almenas, miradores y su foso; y como una iglesia en el interior, y fue levantada entre 1889 y 1913, periodo perteneciente al periodo neogótico del arquitecto modernista, en el que se inspiró, fundamentalmente, en el arte gótico medieval. Este es, precisamente, el motivo que explica que el Palacio de Gaudí se identifique por un estilo neogótico.
Fue construido sobre el antiguo palacio episcopal, edificado en el siglo XII gracias a la donación de un solar por parte de la reina Urraca, después de que este quedase totalmente destruido a causa de un incendio el 23 de diciembre de 1886. Entonces, dado que la ciudad no contaba con un arquitecto diocesano, el obispo Joan Baptista Grau i Vallespinós decidió encargar la construcción del nuevo palacio episcopal a su gran amigo Antonio Gaudí.
Según recogen los archivos sobre dicho palacio, cuando Gaudí recibió el encargo de esta construcción, se encontraba inmerso en otros proyectos de gran relevancia como la Sagrada Familia. Por este motivo, le resultaba muy complicado desplazarse hasta Astorga para analizar el terreno donde se levantaría el nuevo edificio. Sin embargo, con el propósito de no retrasar demasiado el proyecto, le pidió al obispo que le enviase fotografías e información del lugar, y con ello proyectó su nueva obra arquitectónica, en línea con las edificaciones de su entorno.
Así, en cuanto tuvo los planos, los envió a Astorga, recibiendo estos el visto bueno de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, imprescindible para poder comenzar los trabajos, al tratarse de un edificio público.
El proyecto fue aprobado en febrero de 1889. Sin embargo, las obras no comenzaron hasta junio de este mismo año, después de que Gaudí introdujese varias modificaciones en el proyecto inicial, presupuestado en 168.520 pesetas.
Y es que, el hecho de que las obras se alargasen más de dos décadas, se debió a que estas estuvieron paradas un largo periodo de tiempo tras la dimisión de Gaudí en 1893, a causa de desavenencias con el cabildo después del fallecimiento del obispo.
Por aquel entonces, quedaban aún por terminar el piso superior y la cubierta, zonas que fueron concluidas por el arquitecto diocesano de León, Ricardo García, en octubre de 1913 y después de varios intentos fallidos de otros arquitectos y de que el nuevo obispo de Astorga, Julián de Diego Alcolea, le pidiese personalmente a Gaudí que volviese a encargarse del proyecto, aunque sin éxito.
Tras las obras, el palacio quedó abandonado, aunque el sótano sirvió como museo arqueológico provisional. Durante la Guerra Civil, fue utilizado como cuartel de artillería y sede de la Falange, mientras que actualmente, el palacio, restaurado por última vez en 2014, alberga el Museo de los Caminos, dedicado al Camino de Santiago, y forma parte de la Ruta Europea del Modernismo. Su función inicial era residencia del obispo, pero lo cierto es que esta nunca llegó a consumarse.
Atendiendo a la estructura, se trata de un edificio con planta de cruz griega y cuatro plantas. Un sótano que acoge desde 1912 el museo epigráfico y lapidario; una planta baja donde se encuentran salas privadas y oficinas del gobierno de la Diócesis, es decir, las habitaciones del señor Mayordomo, Secretario y Provisor, y donde se puede conocer la historia de la Diócesis de Astorga; una primera planta destinada al obispo, que cuenta con capilla, Salón del Trono, comedor de gala, despacho y dormitorios, y que está dedicada a Gaudí, al edificio del Palacio y a otros autores que han contribuido a su construcción; y un segundo piso concebido como una especie de desván, en el que hoy se celebran exposiciones temporales, congresos y distintos eventos.
Además, cabe destacar que, aunque no fue construido por Gaudí de principio a fin, el palacio sí deja testimonio del genio del arquitecto, al conservar elementos muy característicos de sus obras, como los arcos ojivales, las vidrieras y los capiteles de diferentes estilos. A ello se suman las tres esculturas de ángeles que él mismo diseñó y que se han convertido en una de las principales señas de identidad del palacio.
Precios y horarios de visita
El Palacio de Gaudí se puede visitar con audioguía descargable por un precio de 6 euros, o a través de una visita guiada en español, por 10 euros, de lunes a domingo de 10:00 a 14:00 y de 16:00 a 20:00 horas de mayo a octubre, y de 10:30 a 14:00 y de 16:00 a 18:30 horas de noviembre a abril, a excepción de los días 25 de diciembre y 1 y 6 de enero que permanece cerrado al público.