Castilla y León

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Palencia

Crónicas gastronómicas, de amigos y... de toros desde Palencia

1 septiembre, 2018 13:59

Tengo un “jefe” y amigo que me suele tratar de mimo todo el año, pero cuando llegan “los sanantolines” palentinos la cosa toma verdadera enjundia, además de una lujuria gastronómica. Y ahí, Carlos Martín Santoyo tira de generosidad y amistad y, durante casi una semana, reúne a una serie de personajes, amigos y compañeros la mayoría, y les da un “homenaje”. Entre ellos me incluyo.

Y ahí se encuentra uno más a gusto que la mar. Y así año tras año desde hace casi diez. En esta ocasión me acompañó otro amigo del alma como es Javi Martín que, “nuevo en esta plaza”, me confesaba haber disfrutado de tan buena compañía, del trato de Santoyo y, como no, del lujurioso almuerzo que nos ofreció en “La Traserilla”; un auténtico santuario del buen yantar en la capital palentina.

De los invitados la mayoría de Palencia, pero varios de Valladolid. De tal forma que fue una alegría reencontrarnos con Luis Sanz, el boticario de Roa e hijo de mis amigos Luis y Mariluz (Bodegas Dehesa de los Canónigos), a los que aprecio desde mi llegada a Pucela hace más de 30 años. Y no olvido a Cristina, esposa de Luis el boticario que a pesar de ser madre de cuatro niños se mantiene como una dieciochoañera. Con permiso, Luis…

Y más amigos de Pucela como Perico de Frutos y su hija Paula, un bellezón de criatura sin llegar a los 15 años. Ambos de otro emporio gastronómico como es “El Cossío”, en Mojados. Manolo Illana, que aunque segoviano echó raíces en Valladolid hace muchos años.

Y los de la ciudad del Carrión nos ganaban por mayoría a los de la del Pisuerga, como Gonzalo Ibáñez, presidente del Palencia Baloncesto, además de director de urgencias del hospital “Río Carrión” y su esposa, Virginia. Dioni, un aficionado al toro y amigo personal de nuestro anfitrión. Y todo el plantel palentino de Grana y Oro con un gran realizador como es Héctor. La mano derecha e izquierda de Santoyo como es el joven y audaz Mario y los cámaras y técnicos del programa: Jorge y Raúl.

No olvido a mi amigo Jorge Cancho, redactor jefe de Diario Palentino. Cancho es la otra mano derecha e izquierda de Santoyo quién, además de dirigir La 8 Palencia TV, lleva la batuta del más que centenario rotativo. Y cuando tiene un rato libre, Santoyo dirige y presenta “Grana y Oro”, un programa taurino que, sumado al anterior, lleva 23 años en antena consiguiendo numerosos premios y galardones, tanto el programa como su creador y director: Carlos Martín Santoyo. Todo un récord.

Y ahora toca hablar de la lujuria gastronómica que nos ofreció Carlos a través de Miguel Sánchez en el coqueto reservado de “La Traserilla”. Es un restaurante veterano pues la familia Sánchez, con Miguel a la cabeza, lleva más de 25 años ofreciendo un buen servicio a sus clientes. Ubicado en el centro monumental de Palencia, es un edificio de principios del siglo XIX con una decoración modernista que consta de tres plantas.

Tras acoplarnos en la larga mesa (bajo las indicaciones de Carlos), enseguida nos llegaron unas tablas de queso variado (con pan caliente, tomate y aceite de oliva virgen) que, ávidos, comenzamos a untar en el pan tostado y a devorar.

Ya estaban las diversas bebidas prestas y frescas para mitigar el calor que traíamos de la calle. Algunos cerveza bien fría, aunque la mayoría optamos por los caldos variados que había depositados en las cubiteras como un  verdejo “Nécora” de Rueda, y un rosado “Salvueros” de Cigales. Fuera del frío sirvieron un tinto ribereño de la marca “Lvzmillar”. Y agua en abundancia.

Y enseguida las comandas tras echar un vistazo al “menú estival” que el servicio había dejado sobre los platos. Yo elegí lomos de anchoas con crema de manzana y vinagreta de tomate. Pero otros prefirieron salmorejo o ensalada de jamón de pato. La verdad es que fueron platos ligeros y frescos para ir entonando y abriendo boca.

Y los arroces deliciosos y variados: con salsa americana y sus mariscos. El clásico negro con calamares y gambas y un risoto con setas y parmesano que a mi amigo Javi Martín le encantó. Yo opté por el negro, pero todos nos deleitamos con la exquisitez arrocera.

Y los segundos tampoco se quedaron atrás: Bacalao con la salsa vizcaína de la casa, albóndigas de rabo de toro y un brik de pato confitado con frutas y vino dulce, a elegir. Exquisita comida, sin duda, aunque no exagerada de abundancia. Para comer bien, vamos. Y el postre fue de un exotismo total: helado de mojito y cremoso de yogurt con mango y frutos rojos. Delicatessen!!

Tras el café, de inmediato hacia la plaza de toros para degustar con placer la copa que, incluida en la amistad y generosidad de Carlos, nos sirven en la terraza del bar “La Cordobesa”; un clásico en Palencia cuyos gin-tonic saben a gloria bendita. Allí se unieron los pucelanos Nacho de la Viuda, gerente de Tauroemoción, y el novillero José Manuel Serrano.

Y a los toros en el coso de “Campos Góticos”, que era el otro “plato fuerte” de la feliz jornada. Pero el festejo no llegó ni a la mitad de emocionante que había resultado todo lo descrito anteriormente. Ni Padilla, en su homenaje y despedida de Palencia. Ni Ferrera, que lleva una temporada apática, ni la juventud arrolladora del mediano de los Adámez nos hicieron vibrar ante los desiguales astados de Antonio Bañuelos que se crían en el burgalés Páramo de Masa. Dos orejas bondadosas fueron todo el premio (Padilla and Ferrera). Y hubo toros que se fueron con las orejas puestas. En fin…

Pero quién de verdad cortó los máximos trofeos fue mi “jefe” y amigo Carlos Martín Santoyo. Ir a Palencia y dejarte llevar por su generosidad y amistad es un triunfo seguro. Gracias, Carlos. “Quien mucho da, mucho recibe”.