David Herrero / ICAL .- “Teníamos que huir de Ucrania porque estaban bombardeando mi casa. Tenía mucho miedo por el sonido de las alarmas y no podíamos aguantar más, porque queremos vivir”. Lo cuentan Ludmila y Julia, dos de las jóvenes ucranianas que llegaron hoy a Paredes de Nava (Palencia) tras salir de la ciudad de Kiev por el ataque de las tropas rusas. Todo ello gracias a la iniciativa de una compatriota residente en la localidad, en colaboración con el Ayuntamiento y el Proyecto Arraigo, que permitirá llevar a la localidad a un total de 17 refugiados.
A diferencia de los días pasados, al tener que estar resguardadas en un sótano, dejan claro a la Agencia Ical que están “muy contentas con el recibimiento, la casa y la comida”. Aun así, no todo son alegrías, porque tuvieron que dejar a sus padres allí, en una zona que saben que están bombardeando.
“Todos los hombres de 18 a 60 años tienen que proteger Ucrania. Hay grandes colas para poder participar en su defensa y para luchar por el país”. Una defensa necesaria contra la invasión de Vladimir Putin, a quien dijeron que “hay que matarlo”.
Lo que más valoran es que tienen un techo, pueden tumbarse y están seguros en una casa, afirma Eugenia, compatriota afincada en Paredes de Nava e impulsora de la iniciativa. “Han avisado a todos su familiares que se quedaron allí para que sepan ya están a salvo en España”, agrega.
“Nosotros estamos aquí, en Paredes, y la iniciativa nació de mi marido, porque es lo que podíamos hacer. Marchar para allá y traer al máximo de personas. Nos pusimos en contacto con los refugiados por redes sociales a través de un anuncio, y la gente que se apuntó primero fue a la que recogimos hasta llenar las plazas de los tres coches disponibles”.
Destaca que se siente muy orgullosa de la colaboración del Ayuntamiento de Paredes y de sus vecinos, porque “son unos fenómenos”. Unos vecinos que recibieron a todos sus nuevos habitantes del municipio con regalos y calor, un calor de hogar tan necesario en estos momentos.
5.400 kilómetros
"5.400 kilómetros de viaje. Todo ha estado marcado desde el desconocimiento, al ser la primera vez que hacemos este tipo de intervención de esta forma". “De no entender el problema hasta saberlo en primera persona”, traslada uno de los integrantes del Proyecto Arraigo que ha conducido durante estos días, Enrique Martínez.
Detalla que el jueves por la mañana recogieron a la primera familia y, a partir de ahí, llegaron la segunda y tercera, aunque dos de las programadas se cayeron. Ya por la tarde se hizo el camino de vuelta en dos vehículos, con cinco niños y seis mujeres.
A lo que se añaden otros tres niños y tres mujeres que llegarán mañana en un tercer vehículo, para sumar un total de 17 refugiados asentados en Paredes de Nava, dijo.
Martínez reconoce a Ical que se trata de un viaje bastante largo, porque hay que parar para que los chavales repongan fuerzas. Sin olvidar el miedo y el cansancio acumulado de todos estos días y todo lo que han dejado en sus ciudades.
En ese sentido, compartió una anécdota que muestra el apoyo ciudadano de todos los países. Y es que, la furgoneta en la que iban tenía siete plazas, pero viajaban ocho ocupantes. “Nos paró la policía alemana y al vernos a todos y dar los documentos de identidad, hicieron la vista gorda. Nos acompañaron y colaboraron con nosotros. La gente en Europa está volcada”.
Paredes volcada
“Emocionante, pero noqueados. Hemos puesto la cara a un problema muy gordo”. Satisfechos, por un lado, al conseguir traer a estas personas hasta Paredes, pero mucho más conscientes por el problema que se está generando, por otro, señala el alcalde del municipio palentino, Luis Calderón.
Este acto de hoy es un reconocimiento de la solidaridad del pueblo de Paredes con Ucrania. “Llevamos unos días de muchas muestras de apoyo y colaboración, por lo que se quiere agradecer y que haya una primera toma de contacto entre todos esos vecinos del municipio con los ya nuevos vecinos”.
Explica que en Paredes de Nava viven once ucranianos, los cuales se dirigieron al Ayuntamiento para idear una forma con la que colaborar en la idea de traer a familiares, amigos y refugiados. Por ello, todos los grupos políticos representados en el Consistorio decidieron prestar esta ayuda, y todo ha sido un no parar, aclara.
De momento se cuenta con una vivienda municipal, con capacidad para unas 14 personas, que se suma a otra casa cedida por un vecino, en la que se pueden alojar hasta seis personas más. Calderón apunta que con ambas se puede satisfacer la demanda de los once refugiados ucranianos que ya están en Paredes, pero también de los cinco más que llegarán mañana.
Además, se ha hablado con la Subdelegación de Gobierno y la Junta para normalizar la situación de todos los desplazados. “Necesitamos a los vecinos ucranianos que ya vivían en Paredes, porque el gran problema es el idioma y la forma de comunicarse. De su mano y con su ayuda, se irán regularizando todos los trámites y del papeleo en el ámbito sanitario y educativo”.
“Esperemos que esta estancia se la más corta posible, ya que significaría que se ha declarado la paz en Ucrania y puedan regresar a sus hogares”, asevera Luis Calderón.