David Herrero / ICAL.- “Desde que empecé, me he dado cuenta de que estoy enamorado de la radio. Me gusta con locura. Ahora por la pandemia no puedo, pero antes cogía la alcachofa como si fuera mía”. Así de abierto y claro se muestra José Luis, uno de los integrantes y reporteros de la radio inclusiva y terapéutica de Hermanas Hospitalarias de Palencia, que cumple diez años desde su puesta en marcha, bajo el lema 'No somos los 40, pero somos principales'.
Traslada a la Agencia Ical que es muy satisfactorio y se sale con mucha alegría del estudio, gracias a un programa semanal muy variado, porque ha venido un árbitro de fútbol, diversos equipos, políticos o temas religiosos, con la Semana Santa, añade.
De igual manera, también salen fuera del centro para realizar reportajes y tienen la ventaja de que las nuevas personas que entran a trabajar se acercan por la radio a exponer su experiencia y sus métodos, lo que se convierten “en primicias y se entera uno de todo lo bueno que hay, que es mucho”.
El 1 de marzo de 2012 se encendieron los micrófonos en Hermanas Hospitalarias de Palencia, para así trabajar las habilidades de comunicación y de relación entre todos los residentes, detalla la enfermera especialista en Salud Mental y coordinadora del taller, Eva Varona.
Explica que, en los inicios, cada participante se encargaba de una sección, pero se cambió de idea, con el fin de dar visibilidad al centro y cómo viven los usuarios en él.
La idea es que las personas que escuchen el programa semanal vean las capacidades, porque “los residentes y participantes del programa son persona con capacidades diferentes, pero que pueden hacer lo mismo que todos aquellos que están fuera del centro”.
Habilidades sociales
Se necesitaba una actividad que perdurase en el tiempo, porque a los residentes les motiva hacer diversas acciones, pero se acaban cansando. De esa pretensión nació este taller de radio, iniciativa que fue aprobada en 2012 por el Consejo de Dirección del centro, afirma Varona.
De esa forma, el mayor objetivo, que era que perdurase en el tiempo, se ha logrado, con diez años en activo. Y es que, desde un principio se han trabajado las habilidades sociales, además de “mejorar su forma de relacionarse e integrarse más en la sociedad”.
Aunque tengan capacidades diferentes, este taller sirve para “que puedan demostrar que son aptos para realizar acciones que llevan a cabo otras personas”, destaca Varona, que coordina el proyecto junto a la compañera Ana de la Huerta.
Estos resultados positivos son palpables y están encima de la mesa. Entre ellos se encuentra la espontaneidad, porque ellos han conseguido ser capaces de hacer sus propias preguntas sin estar preparado, al igual que su forma de expresarse, ya que han cogido tablas, asevera a Ical.
La radio como forma de vida
“Me pierde la espontaneidad. Salto a la primera y me precipito al decir las cosas”, reconoce Lidia, otra de las reporteras del taller, aunque se defiende al asegurar que con dicha forma de actuar siempre “sale la verdad y lo que uno piensa”.
Admite que lo que más le gustan son las entrevistas, con las que intenta sacar todo el jugo y realizar preguntas picudas al entrevistador. “Para mí la radio es fundamental. Siempre que estoy en la habitación la tengo enchufada a todas horas, hasta antes de acostarme. En este medio de comunicación te enteras antes de las cosas que en la televisión o en los periódicos, porque la radio es instantánea y no se tarda tanto como otros”, subraya.
Lidia es una alumna aventajada, ya que en otros momentos de su vida recibió formación radiofónica en la capital madrileña, junto comunicadores como Pepe Navarro. De ahí que defienda a capa y espada la radio y sea su fan número uno.
De igual modo se muestra Carlos, quien llegó hace tres años al centro y no tardó mucho en formar parte de la actividad radiofónica tras probar un día y engancharse. A raíz de la pandemia, explica que comenzó a escribir relatos personales, los cuales son comentados y analizados por todos en la radio. Todos ellos originados en su habitación durante la noche, momento en el que llega la inspiración, comenta.
Además de realizar felicitaciones en antena, relata que lo que más le gusta es poder escuchar el programa que realiza en el transistor, que no en la página web, antes de ir a comer todos los viernes, cuando lo emiten los compañeros de la cadena SER Palencia.
“Nos gusta mucho escuchar y ver el trabajo conjunto, como en redes sociales, y que mi madre pueda verme y escuchar desde Madrid. Es gratificante y me halaga que la gente reconozca lo que hacemos desde fuera”, sentencia Carlos.