“No se me pasaba por la cabeza no estar el 13 de mayo en el Ribera Sur. Llevo viniendo varios años y no podía ser menos después de varios años de parón sin poder disfrutar por culpa de la pandemia”. Sofía no ha perdido tiempo y ha sido de las primeras en poder entrar al recinto de la fiesta universitaria de la ITA en la capital palentina, quien reconoce que se trata de una fecha marcada en el calendario que se ha convertido en una “cita mítica”. La cosa es “juntarse entre todos y pasarlo bien”.
Del equipo mañanero es Paula, una palentina que estudia en Valladolid, quien afirma a la Agencia Ical que consiguió las entradas en la segunda tanda de venta, ya que la primera vez fue con 20 minutos de antelación y se quedó a 30 metros de la puerta. Gracias a las 2.000 pulseras adicionales puede disfrutar hoy del evento.
Señala que la ITA es "una liberación y donde afianza amistades". "Todos los días vas a la universidad y hablas con los mismos, pero en la fiesta puedes hablar con todos sin importar lo que haya pasado durante el año", añade la joven.
El evento recupera su imagen habitual con su celebración en el parque Ribera Sur de Palencia, cuyo aforo ha sido ampliado de manera excepcional hasta las 12.000 personas debido a la gran demanda, dado que el máximo en ediciones anteriores se cifraba en los 10.000 asistentes.
Con jóvenes procedentes de diversas ciudades y de comunidades autónomas limítrofes, el evento cuenta con un dispositivo de seguridad, sanitario y de limpieza, junto a la empresa Meneo Group, que garantiza el buen funcionamiento para que la música y la diversión sean los protagonistas.
Sol y calor
A Lucía no la falta detalle. Muestra a la Agencia Ical todos los elementos necesarios, entre los que están una gorra y protector solar ante la más que posible exposición al sol durante muchas horas. En la mano derecha sujeta una nevera de poliestireno -las de plástico rígido están prohibidas por seguridad- donde los hielos ocupan todo el espacio disponible con el fin de tomar la bebida de manera fresca.
Sin poner demasiada atención al calor y sin hielos. “Si se me calienta la bebida me acercó a algún grupo, conozco gente nueva y pido algún cubito”. Débora no es de Palencia, ya que ha venido con un grupo de amigos desde Valladolid, aunque no es novata en el evento. “Cogimos por la mañana un autobús regular en la estación y nos quedaremos de empalmada toda la noche”.
Dicen que se ha convertido en una de las fiestas universitarias más relevantes de toda Castilla y León y que empieza a estrechar lazos en otras zonas de España, y Tania es un ejemplo de ello. Estudiante en Salamanca, pero procedente de la Comunidad Valenciana, es la primera vez que viene a Palencia y no conocía la ITA. “Tengo muchas ganas, porque he buscado vídeos y fotos de otros años y es una pasada. Las expectativas son altas”.