Mirar a través de un telescopio a veces se queda corto a la hora de reflexionar sobre las grandes cuestiones del Universo, y para algunas personas, con una gran curiosidad por conocer el funcionamiento de lo que les rodea, hacen de ello su profesión, como es el caso de la astrofísica palentina Eva Villaver, cuya trayectoria le ha llevado a cruzar el charco para trabajar con la NASA en el Telescopio Espacial Hubble.
Nacida y criada en la ciudad de Palencia, Villaver reconoce las grandes ventajas que tiene una ciudad pequeña como la gran accesibilidad a las cosas o el río Carrión, que recuerda con especial cariño ya que disfrutaba con frecuencia del piragüismo.
La astrofísica también pasaba los veranos en Frómista, el pueblo de su madre y saco los estudios secundarios en el IES Victorio Macho de la capital palentina para más tarde iniciar su andadura en la física en la Universidad de Valladolid durante tres años, hasta que decidió especializarse y sacar el doctorado en el Instituto de Astrofísica de Canarias, donde comenzó su carrera científica y cuyo trabajo le hizo ganar el premio a la mejor tesis doctoral en Astronomía 2001-2002 por la Sociedad Española de Astronomía.
En 2001 tuvo la oportunidad de realizar el postdoctorado para la NASA en el Instituto Científico del Telescopio Espacial Hubble para estudiar las estrellas más calientes del Universo, en concreto, las pertenecientes a la nube de Magallanes, a 163.000 años luz de la Tierra.
De esta manera, la palentina emigró a Estados Unidos y recuerda que fue "duro al estar tan apegada a la ciudad, a los amigos y sobre todo a la familia", pero se quiso sumar al "buen número de palentinos" que se encuentran por el mundo y se mudó Baltimore, sede del Instituto Científico para, en principio, un año de trabajo, pero señala que fue realmente positiva, ya que se quedó nueve años, de los cuales, los seis últimos trabajó también con el Telescopio Espacial Hubble de la mano de la Agencia Espacial Europea en su división de política científica.
Tras casi una década en suelo estadounidense volvió a España en 2009 para trabajar con un contrato Ramón y Cajal y en 2013 entro a la Universidad Autónoma de Madrid como profesora permanente compaginando la docencia con su trabajo de investigación.
Desde el año pasado trabaja en el Centro de Astrobiología de Madrid, donde estudia las estrellas próximas a la muerte o estrellas rojas, y su impacto en sistemas planetarios como el nuestro y como se produce el engullimiento de los planetas próximos por la aparición de posibles agujeros negros o bien la eyección de los mismos fuera de su sistema.
Villaver colabora con otros proyectos internacionales como el lanzamiento de la nave espacial Plato con la que se desarrollarán avanzas observaciones espaciales, pero hasta entonces, utilizan el telescopio espacial James Webb del que destaca que "proporcionará muchas sorpresas en el futuro", también brinda su colaboración en misiones espaciales para detectar atmósferas de planetas fuera del sistema solar.
En los últimos años ha dado sus primeros pasos como escritora, colaborando con artículos científicos en determinados periódicos del país a fin de "acercar un poco más" estos conocimientos a todo el mundo, además también ha escrito un libro en 2019, 'Las mil caras de la Luna', donde mezcla literatura y ciencia.
Esta astrofísica palentina confiesa que a pesar de tener una agenda apretada, procura "escapar" en cuanto puede a Palencia para ver a toda la familia, y concluye que le encantaría descubrir al mundo las primeras huellas de vida en la atmósfera de un planeta del sistema solar, de manera que seguirá escudriñando el Universo, en busca de esas respuestas.