Inés Lucía Ovejero Andrés (Palencia, 1992) se ha colado entre los 35 ingenieros, arquitectos y aparejadores menores de 35 años de la prestigiosa lista elaborada por la Asociación Madrid Capital Mundial de la Construcción y Global Shapers Madrid, que reúne a los talentos emergentes en las citadas disciplinas. Una conversación con su padre acerca de su futuro le valió a la palentina para borrar de su mente la idea de estudiar Administración y Dirección de Empresas e irse a la reputada Universidad de Santander para cursar Ingeniería Civil. El perfecto manejo del inglés, alemán, italiano y francés, así como el máster en Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos en la Universidad Politécnica de Madrid y el 'Máster of Business Administration' le ha valido su presencia en la gala celebrada el pasado 13 octubre. Con un futuro prometedor por delante, la ingeniera compagina su actividad laboral con el voluntariado desde los 17 años en diferentes asociaciones.

Dentro del extenso abanico que ofrece la ingeniería, ¿qué le hizo decantarse por la rama de civil?

La verdad es que no era vocacional. Me da mucha envidia la gente que prácticamente nace y ya les encantan los trenes, camiones, carreteras o ferrocarriles. En mi etapa escolar era buena en física y matemáticas, lo que hizo que me planteara estudiar Administración y Dirección de Empresas que es algo más generalista y estaba muy relacionado. Tras una conversación con mi padre decidí estudiar ingeniería, ya que no se daba ni química ni motores y es transversal, pudiéndote dedicar a un montón de profesiones vinculadas, como son la consultoría, sostenibilidad e innovación. Busqué universidades cerca de Palencia y encontré la de Santander, que además tiene una gran reputación en la materia. No me arrepiento para nada de la decisión por las salidas que hay y la gente que he conocido.

A pesar de sus 30 años tiene un extenso currículum en empresas importantes, ¿se ha infravalorado la profesión estos últimos años?

Es cierto que los ingenieros, en este caso de caminos, estaban muy bien valorados hace unos años. En la actualidad, el número de profesionales es mucho mayor en comparación al pasado. Fuera de España es increíble la reputación que tenemos, siendo referentes por la calidad técnica y la formación que hemos recibido. Parece mentira que en España no tengamos unas buenas condiciones laborales. Con todo, ves las oportunidades que tienen compañeros de facultad que se van al extranjero y es que son muy superiores. Que te valoren más fuera de casa a nadie le gusta, pero yo quiero creer que poco a poco va cambiando la situación, máxime con la noticia de la necesidad de 200.000 ingenieros en los próximos diez años. Ante esta demanda y la fuga que hay, espero que se empiece a retener el talento en España.

Como usted afirmaba, mucho de este talento que el país forma está obligado a emigrar en busca de nuevos retos ante la falta de oportunidades. ¿Se necesita un cambio de urgencia?

En lo que se refiere a la formación, España es líder y la calidad de nuestros ingenieros es reconocida en el extranjero. La competitividad salarial en el país es muy baja y es el problema real; no va con el talento ni con la cantidad de ingenieros.

Su último año de carrera lo cursó en Alemania, ¿cómo se trabaja allí en comparación con nuestro país?

En primer lugar, la gente que va desde España la respetan por ser un perfil con muy buena formación. En mi experiencia allí, lo que más me extrañó es que no les importa repetir la asignatura tantas veces como sea necesario para sacar una mejor nota. En el apartado laboral son mucho más estructurados, ordenados y se cumple el mito del alemán, tanto laboralmente y como en el apartado personal.

Recientemente se ha colado en la prestigiosa lista elaborada por la Asociación Madrid Capital Mundial de la Construcción y Global Shapers Madrid como ingeniera influyente menor de 35 años. ¿Era necesaria la presencia femenina en la ingeniería?

Totalmente. Hay un dato que a mí me parece sustancial y es que solamente un 25% en el sector son mujeres. No solo por las sinergias que puede haber, sino porque se tiende a trabajar de distintas formas que son complementarias. Pienso que es hacia lo que tenemos que tender, pero todavía falta mucho por hacer. Falta igualdad laboral en España. Creo que mucho está relacionado con la conciliación, ya que es una profesión a la que hay que dedicarle tiempo y la conciliación es un aspecto importante a la hora de 'ahuyentar' a buena parte del sector femenino. 

De casi 500 currículums que se enviaron para su evaluación, se situó entre los 35 mejores, ¿cómo recibió la noticia?

No esperaba estar en una lista donde suponía que iba a haber gente muy preparada con unos currículums excelentes. Cuando lo vi me sentí muy honrada, máxime tras realizar una carrera y un máster muy complicados. Que te lo reconozca alguien ajeno a ti significa una motivación extra para continuar trabajando y reforzar tu labor. Estoy muy agradecida a la gente que ha dedicado su tiempo en la valoración.

Este reconocimiento, ¿en qué situación le coloca tanto en el presente como en el futuro laboralmente?

Tiene la parte positiva y es que te hace visible ante las empresas. Al ser trabajos en equipo no tienes cierta visibilidad en el exterior como puede tener un jefe de proyecto. Estos premios, junto a la repercusión que tienen en los medios de comunicación, te posicionan en empresas. ¡LinkedIn esta semana ha estado muy entretenido! Por un lado están los esfuerzos individuales, y el entrar en esta lista te sitúa en una posición aventajada para enfrentarte a nuevos retos laborales, asumir nuevas responsabilidades, motivarte en el camino que estás haciendo, etc. Esto no tiene aristas y con ello las empresas te tienen en muy cuenta.

Al margen de su labor profesional también dedica mucho tiempo al voluntariado. ¿De dónde saca el tiempo?

Es cuestión de prioridades. Siempre me ha gustado el voluntariado y he buscado causas en las que colaborar -de naturaleza, de niños, personas con síndrome de Down-. Al margen de las colaboraciones puntuales que he podido hacer, estoy colaborando con la Asociación contra el Cáncer acompañando a pacientes oncológicos en el Hospital Clínico San Carlos. Si quieres, el tiempo se saca. Me permite sentirme en paz y ver como gracias a que esté allí ese paciente va a estar entretenido y le voy a poder ayudar. Tengo la sensación del trabajo bien hecho.

Lleva desde los 17 años como voluntaria, ¿qué le aporta en el apartado personal?

Tengo en la mente la frase 'Quien no vive para servir, no sirve para vivir'. La retribución que yo tengo cuando ayudo a estas personas es de paz y bienestar conmigo misma. Es algo inigualable.