Momento surrealista el vivido en Palencia el pasado martes cuando la Guardia Civil de Tráfico se vio obligada a impedir que un conductor de ambulancia, que estaba bebido, transportara enfermos renales que necesitaban acudir al hospital palentino para recibir sus diálisis, según informa la Jefatura Provincial de Tráfico.
Todo ocurrió el pasado martes a mediodía, cuando la Guardia Civil de Tráfico realizaba un punto de verificación de alcohol y drogas en los alrededores de la localidad de Cervera de Pisuerga cuando le practicó un control de alcoholemia al conductor de una furgoneta ambulancia destinada al transporte colectivo de pacientes.
Este conductor se dirigía a otra localidad del norte de la provincia a recoger a varios enfermos renales que necesitaban acudir al Hospital Río Carrión de Palencia para recibir sus tratamientos de diálisis.
Máximo de 0,15
Hay que recordar que los conductores de vehículos de servicio público tienen prohibido conducir con tasas de alcohol superiores a 0,15 miligramos de alcohol por litro de aire espirado. En este caso, el resultado fue de 0,57. Debido a ello, la Guardia Civil de Tráfico inmovilizó de inmediato la ambulancia y le formuló a su conductor la correspondiente denuncia administrativa ante la Jefatura Provincial de Tráfico de Palencia que podrá imponerle una sanción de 1.000 euros y una retirada de seis puntos de su permiso de conducción.
Por este motivo, la empresa del servicio de ambulancias tuvo que enviar otra ambulancia distinta, con otro conductor diferente, para que los enfermos renales pudieran llegar al Hospital Río Carrión a recibir sus necesarias e inaplazables diálisis.