Ledigos se sitúa en la mitad Oeste de la provincia de Palencia. A escasos seis kilómetros de la divisoria entre las provincias de León y la propia Palencia, en dirección a la localidad de Sahagún. Es paso del Camino de Santiago y se enmarca dentro de la comarca de la Vega-Valdavia. En la actualidad, según los datos del Instituto Nacional de Estadística, ya actualizados en este año 2022, cuenta con 64 habitantes.
No parece, con los tiempos que corren, el lugar más apropiado para montar un negocio. Menos dos. Sin embargo, Belén (32 años), Adrián (34) y pareja de la primera, y Borja (33 años) y hermano del segundo, decidieron, en octubre de 2018, lanzarse a la aventura para crear Vereda, una empresa que está formada por dos negocios: una fábrica de cervezas, por un lado, y una casa rural, por otro.
“Vereda viene de la canción de Extremoduro: ‘La vereda de la puerta de atrás’. Buscábamos un nombre con toque rural. Un amigo nos mencionó la relación entre la canción y el significado de vereda como un camino abierto por la naturaleza que solo se da en el medio rural y nos lanzamos a la aventura”, explica Belén en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León.
Después de las obras, que fueron duras, y tras el parón por la pandemia, las dos ramas del negocio funcionan. Una casa rural, que echó a andar en octubre de 2020, con muy buenas opiniones y una fábrica de cerveza, que lo hizo en abril de 2021, y que ya vende de cuatro tipos. Todo va bien. Ahora, su vida, es plena en este pequeñito pueblo lo que desmonta la idea de que no se puede apostar por el medio rural.
Unos inicios complicados
“No habíamos tenido nunca contacto con el sector del turismo. Hemos tenido que aprender de cero. Todo. La normativa, cómo hacer una casa rural, como gestionarla y sin recibir ningún tipo de facilidad. En lo que respecta a la fábrica de cerveza, en la parte de la elaboración no había problema porque llevamos 13 años haciendo, pero en lo que a la legislación se refiere sí nos ha llevado más tiempo, tanto aprender, como resolver”, nos explica Belén, echando la vista atrás, a octubre del 2018, cuando arrancaron las obras.
Adrián, su pareja, es el que suma esa más de decena de años haciendo cerveza, a nivel casero. Él siempre tuvo el sueño de montar una fábrica de cerveza, de profesionalizar ese hobby y convertirlo en negocio. Borja acabó la carrera y volvió a Ledigos para dedicarse a la agricultura. Por aquel entonces, Belén y Adrián vivían cómodos y con trabajo estable, en Valladolid, pero algo les removía.
“A Adrián le volvió a la mente esa idea de negocio y nos convenció, tanto a Borja como, sobre todo, a mí. Yo nunca había vivido en un pueblo. Dejé mi trabajo y comenzamos la locura con las obras y demás”, añade la de Huesca, que se emociona aún recordando los inicios.
Además de las complicaciones del papeleo, sin ningún tipo de ayuda por parte de una administración pública que se llena la boca en incitar al emprendimiento sin tender manos ni puentes, los tres tuvieron que enfrentarse a los problemas de instalar su proyecto de vida, con Vereda en la punta de la pirámide, en un pueblo que no cuenta ni con ADSL. Tienen Internet gracias a una tarjeta SIM.
“Tenemos nuestra fábrica de cervezas y nuestra casa rural. No contamos con un escaparate para que nos vean cientos de personas, como en la ciudad. Nuestro único método de publicidad son las redes sociales y el boca a boca, que nos funciona muy bien”, añade nuestra entrevistada.
Pese a las dificultades, los tres están muy agradecidos a los vecinos y vecinas de Ledigos que les han apoyado en todo. También al Ayuntamiento, que ha hecho lo propio, como no podía ser de otra manera. Hay que apoyar a los jóvenes que deciden llenar los pueblos de vida con una iniciativa de quilates, como es esta.
Dos negocios de éxito
Tras las obras, llegó la pandemia. Poner en marcha una casa rural con las restricciones sanitarias y de movilidad que existían por aquel entonces no era fácil. Sin embargo, cuando la normalidad volvió, la gente estaba deseosa de salir, lo que dio un empujón a esta parte de Vereda. “Por aquel entonces estábamos muy contentos. A día de hoy llevamos desde octubre de 2020 y la casa rural tiene mucho éxito. La gente se va contenta y publica muy buenas valoraciones en Internet, lo que nos ayuda para que el negocio vaya bien”, explica Belén.
La fábrica de cerveza también va viento en popa y a toda vela, desde abril de 2021. El año pasado vendieron 20.000 litros y, en este 2022, cerrarán el curso con entre 20.000 y 30.000 litros vendidos. “Estamos muy contentos y estas son cifras que superan todos nuestros objetivos”, afirma nuestra protagonista.
Tienen cuatro tipos de cervezas: una rubia, una tostada, una IPA, con mucho más lúpulo, y una negra. “Son cervezas muy suaves. Fáciles de beber. Decidimos no sacar sabores raros ni exagerados para que gusten a todo el mundo”, explica Belén.
Todo es de su cosecha, nunca mejor dicho. Disponen de una parcela de 1.000 metros cuadrados con 13 variedades distintas de lúpulo y un total de 200 plantas. Venden a bares, a empresas y a particulares y fomentan la economía circular.
Un mundo rural con futuro
“Vereda no tiene sentido en otro lugar que no sea el mundo rural. Luchamos para que los pueblos tengan negocios y para atraer a la gente. Sobre todo, a los jóvenes para que apuesten por estos pequeños municipios y por aumentar su población”, añade nuestra entrevistada que asegura, sin miedo, que el mundo rural “tiene mucho futuro”.
Belén hace un llamamiento a los ayuntamientos y a la Junta de Castilla y León para que den facilidades y apuesten por la vida en el pueblo. También al Gobierno de España. A todas estas administraciones les pide “satisfacer las necesidades básicas”, con buenas conexiones, infraestructuras y sanidad. “No podemos estar abandonados por el simple hecho de ser 60 personas”, añade. Apuesta, además, por reforzar la vivienda en estas pequeñas localidades.
Belén, Adrián y Borja no han tenido miedo, a su corta edad, en apostar por Ledigos para hacer del pueblo su forma de vida. Todo con Vereda como protagonista.