Tradicionalmente las tiendas de los pueblos han sido el refugio de los miles de habitantes que habitan en ellos. Todo estaba al alcance de su mano. Y no solo ofrecían productos, sino el trato cercano de los que, también, son sus vecinos y comparten con ellos el día a día. Esas tradiciones de comprar los productos en las tiendas del pueblo o barrio se han ido perdiendo con el paso del tiempo. La llegada de los grandes almacenes y la aparición de internet -con el comercio online- ha hecho que sea todavía más difícil para ellos hacerse un hueco en el mundo del consumo.
En la localidad palentina de Guardo tienen algo más de 7.000 habitantes. Para ellos, la Asociación de Empresarios y Profesionales cuenta con 68 empresas adheridas de todo tipo. De ella, es presidenta Vicky Alonso, que tiene una óptica desde hace 24 años y ve cómo con el paso del tiempo se van deteriorando los negocios por falta de consumo. “Pasa como con todas las pequeñas empresas a nivel rural y urbano. El pequeño comercio está pasando un bache fuerte y tenemos que reaccionar y reinventarnos”, afirma a El Español- Noticias de Castilla y León.
En las ciudades, las tiendas de los barrios también están notando ese auge hacia los centros comerciales o las plataformas online. Algo que afecta, más si cabe, a los pueblos. Vicky no se lamenta, sino que incide en una idea: “Reinventarse”. Una de las propuestas que están llevando a cabo mediante la asociación es “enseñar a los comercios a ser capaces de hacer contenidos atractivos y buscar clientes a través de las redes sociales”. La idea no es promocionar la venta real online, dado que sino no tendría sentido mantener un negocio de forma física. El objetivo es que por internet sean capaces de mostrar lo que tienen y “que las personas vean que en los establecimientos damos un servicio específico, un cuidado, que tratamos los productos con mucho cariño y de forma especial”.
“Cada vez la gente compra más por internet y van al precio. Pero deben mirar el hecho de que ofrezcas un buen producto con un buen servicio que no sólo sea el precio”, asegura. No solo eso, sino que subraya que, quizá, la diferencia entre el producto online con el de una tienda de barrio pueda ser de cuatro euros. Un dinero que “contribuye a que tu pueblo o barrio salga adelante” dado que haces que “no cierre la tienda, que el vecino no pierda el trabajo”. Vicky Alonso tiene claro que en estos momentos lo más importante es “crear conciencia social”.
Si los barrios y pueblos cierran las tiendas: “¿Qué hacemos?”, se pregunta y continua: “Nos vamos a las ciudades y nos amontonamos allí. ¿Y en los pueblos dejamos que desaparezca la vida? ¿Las verduras y filetes ricos que salen de ellos también?” Muchas incógnitas que solo se pueden resolver creando esa conciencia social para que cada vez sean más los que apuesten por el pequeño comercio. Para ello, ¿Qué pueden hacer los ciudadanos? “Lo primero preguntar. Cuando están buscando algo, acudir a las tiendas de los pueblos o barrios y ver si allí lo tienen”.
La hospitalidad es uno de los “puntos fuertes” del pueblo palentino. Cuando una persona quiere emprender, le facilitan "todo lo posible" y, además, “los clientes son fieles”. Eso hace que las personas “se sientan apoyadas y animadas”.
"La gente se quiere quedar aquí"
La presidenta de la Asociación de Empresarios y Profesionales afirma que las personas que son de Guardo “se quieren quedar” en el pueblo y “montar su negocio” allí. Afirma que están perdiendo población debido a que las grandes empresas que había partiendo de la central de explosivos cerró. Posteriormente, la central térmica daba 500 puestos y “la están desmantelando”.
Todas esas personas hacen que baje la población y que se vayan a otros sitios porque “les han ofrecido otro trabajo”. Sin embargo, tiene claro que los que quieren montar una empresa y son de Guardo “no se va a Palencia a montarla”.
Ahora, pese a la crisis derivada por la pandemia y la gran inflación que achaca a la economía del país, Vicky Alonso asegura que tras “mucha incertidumbre y cierres”, están empezando a “recuperarse”. Todo ello con “gran ánimo e ilusión” para que esta situación “termine de pasar”.
Medidas para que los negocios sobrevivan
Los jóvenes son uno de los focos de la asociación y donde más empeño ponen a la hora de adoptar medidas ya que, sin duda, ellos son el futuro. Generacionalmente, se les ha inculcado que deben estudiar fuera y buscar un empleo en las ciudades puesto que en los pueblos no hay futuro. Una afirmación que nada tiene que ver con la realidad y que se debe revertir para que cada vez sean más los que apuesten por el mundo rural.
“Luchamos por opciones formativas para que se queden aquí y puedan emprender negocios y empresas en la zona. Buscamos turismo activo, gente especializada en hostelería”, explica. Cree que uno de los puntos es “la labor con colegios e institutos hablando del autoempleo” ya que ayudarán a “fijar población”. Vicky afirma que lo que los jóvenes necesitan es “impulso” de inicio, “ayudas”. 12.000 euros, garantiza, “es mucho dinero” para que personas jóvenes emprendan y ayuda a que “se quieran quedar”. Todo ello es beneficio para el pueblo que hace que “salga adelante”.
En definitiva, necesitan un “compromiso muy claro por parte de las administraciones” para que todas las personas, “independientemente” del lugar en el que residan, obtengan “beneficios”. Critica que “hay ayudas en las ciudades que no llegan a los pueblos”. Asimismo, otra de las reivindicaciones es la “conciliación y empleo femenino” dado que en Guardo no tienen plazas en la guardería para “todos los niños que nacen en la Comarca”. “No podemos conseguir la conciliación, lo tenemos que dejar con abuelos o familiares. No hay más sitios para dejar a los niños”, lamenta.