Sacyl ha sido condenada a indemnizar con 80.000 euros a un paciente al que extirparon la laringe en el Complejo Hospitalario de Palencia por un diagnóstico erróneo de cáncer. Así lo ha hecho público la asociación de 'El Defensor del Paciente', cuyo letrado Santiago Díez Martínez se ha hecho cargo del caso.
De esta manera, el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha estimado en parte el recurso presentado por el perjudicado y hace a la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León responsable de indemnizar a esta persona.
Todo comenzó en noviembre de 2019, explican desde la asociación, cuando el paciente, de 61 años, comenzó con un cuadro de disfonía persistente, acudiendo a su médico, que le remitió al servicio de ORL del Complejo Hospitalario de Palencia. Durante la exploración le encontraron una lesión en la cuerda vocal izquierda, procediendo a realizar un TAC y una biopsia.
El resultado fue una tumoración laríngea izquierda, considerando el servicio de Oncología que se trataba de una lesión irrescable, es decir, no operable, y pautando un tratamiento de quimioterapia. De forma paralela, le realizaron un TAC torácico, ya que se trataba de un paciente con antecedentes de tuberculosis. Esto se dilucidó con el hallazgo de una posible reactivación de la tuberculosis previa.
Entre abril y febrero de 2020, señalan desde 'El Defensor del Paciente', el afectado recibió el primer ciclo de quimioterapia. Tras su finalización se solicitó un nuevo TAC de control en el mes de mayo, dando como resultado una mínima respuesta con reducción del tamaño de la tumoración. No obstante, en este punto, a diferencia del año anterior, no se procedió a la realización de una biopsia.
Fue entonces cuando el ORL decidió optar por la cirugía radical de laringectomía y vaciamiento ganglionar bilateral. Se llevó a cabo el 16 de junio de 2020, enviándose la pieza quirúrgica a Anatomía Patológica, que informaron de que "no hay tumor en ninguna de las piezas extirpadas, ni en laringe ni en ganglios". Así, desde la asociación aseguran que la masa que se visualizaba en el TAC "no era tumor, sino que se trataba de una lesión de tipo infecciosa, en relación con los antecedentes médicos del paciente".
Y es que, a pesar de ello, afirman que la Administración autonómica "siempre ha negado el error". "La sentencia, estimando la tesis del paciente, declara que, realizado el TAC en mayo de 2020, se tenía que haber realizado una biopsia o PET-TAC, lo que hubiera permitido tener una información más fiable antes de decidir una cirugía radical con resultados irreversibles. Se aplica una pérdida de oportunidad de haberse beneficiado de un tratamiento que podía haber evitado tal intervención quirúrgica", recalcan en su comunicado remitido a los medios de comunicación.
Asimismo, puntualizan que la cirugía radical llevada a cabo es la opción para los tumores que no tienen respuesta favorable al tratamiento. Sin embargo, sí la había tenido, con una reducción del volumen del tumor. Por eso, "antes de decidir una cirugía como la practicada se tenían que haber agotado otras posibilidades y, desde luego, haber confirmado mediante biopsia que la masa se veía en el TAC era tumoral y no otra entidad distintas". "Aquella masa que persistía tras la quimioterapia no era tumor (tal como se confirmó tras su análisis), por eso no tenía respuesta al tratamiento de quimioterapia. Pero no se hizo ninguna prueba de comprobación previa, que hubiera evitado una cirugía sin vuelta atrás para el paciente", insisten.
Como consecuencia de la intervención, el paciente ha quedado mudo, teniendo que comunicarse con la ayuda de una libreta, y con graves dificultades para la deglución, pudiendo comer únicamente puré, con rigidez muscular de cuello, hombro y brazo derechos como consecuencia de la lesión del nervio espinal derecho secundaria a la cirugía de laringectomía practicada de "forma totalmente innecesaria".
Todo esto ha ocasionado un "gravísimo perjuicio al paciente en todos sus órdenes". De esta manera, la presidenta de 'El Defensor del Paciente', Carmen Flores, ha señalado lo siguiente: "No es pedir demasiado que se hubiera comprobado mediante biopsia el diagnóstico, tal y como ya se había hecho el año anterior. Sobre todo, teniendo en cuenta que la única opción que se le ofreció al paciente era de consecuencias tan radicales y sin posibilidad de reversión. Nada justifica que no se comprobara el diagnóstico antes de operar".