Volvíamos a Ampudia y lo hacíamos a lo grande, ya que tuve la ocasión de clausurar las jornadas de coloquios taurinos que organiza el Consistorio y coordina César Mata. Posteriormente nos acercábamos al restaurante El Mesón de Ampudia, donde la organización invitó a la comitiva al almuerzo.
Durante el mismo pudimos conversar con el alcalde ampudiano, José Luis Gil; un funcionario del Estado que lleva en política más de cinco lustros. Pero la sorpresa saltó cuando nos dijo que María Miguel, su esposa, era la gerente-propietaria del conocido mesón.
“Cuando ella dejó el puesto de teleoperadora en Valladolid, donde trabajaba, decidimos apostar por la hostelería y aquí está ella al frente del negocio”, nos comentó José Luis pleno de satisfacción.
La comida transcurrió hablando de temas variados, pero con predominio taurino. El Consistorio apostó para que, tanto la Junta como la Escuela Taurina de Palencia y su Asociación, optaran por la coqueta plaza de toros (1977) para la organización de festejos taurinos de base como el Certamen de Novilladas de la Junta de CyL, y el Certamen de Novilladas “Villa de Ampudia”, que ya arrastra cuatro ediciones con notable éxito, nos comentaba su alcalde, que además apostilló: “Y los festejos del Certamen son gratuitos para vecinos y forasteros”.
Es una buena forma de atraer al personal para visitar sus variados museos, la citada Colegiata y el magnífico castillo, entre otros. Pasear por las calles porticadas de Ampudia es una forma de revivir el pasado.
La manduca
Rapidez y buen servicio el que dos empleados realizaron para atender a los 19 comensales que acudimos a la manduca. Y lo hicimos tarde, porque el comedor de arriba, -hay otro abajo en la sala de la barra y entrada al local- estaba casi lleno. No hubo entrantes, nos mostraron una carta variada y fueron tomando la comanda individual para cada uno.
Por ejemplo, mi amigo Javi Martín, que siempre echamos mano de él para acompañarnos y a la vez nos echa un cable para la gráfica de El Español y cámara de Grana y Oro, pidió un revuelto de setas y un cachopo que no pudo acabar. Eso sí, se echó al coleto una buena parte de la jarra de fría cerveza que una camarera simpatiquísima llevó para varios comensales.
O el alcalde que, prefirió como uno, una cazuela de arroz caldoso marisquero y un buen plato de rabo de toro con sus papas. De segundo, opté por un excelente bacalao con salsa de la casa. Delicioso.
Otros, como el que fuera gran torero y ahora gestionando la ganadería Pedraza de Yeltes y dirigiendo a los chavales de la escuela taurina salmantina, José Ignacio Sánchez, coincidió con mi menú.
Pero también había otros platos como espárragos dos salsas de primero, y de segundos entrecots y costillas de cerdo a la brasa. En los postres también hubo variedad: desde los helados hasta el arroz con leche casera. Lo cierto es que todo resultó de muy buena calidad, y sobre todo que fue por el careto, o sea, gratis por el morro. No faltaron vinos de la zona como un tinto Goy y un rosado Mucy.
Antes de bajar a la barra para los cafés y chupitos le pedimos a José Luis que subiera María para darle una ovación. Es lo menos que se debe hacer cuando se come bien y además gratis…
Luego nos dirigimos hacia la plaza de toros, recién pintada y bien cuidada, para presenciar la final del IV Certamen de Novilladas “Villa de Ampudia, donde cuatro chavales de distintas escuelas taurinas se las entendieron con otros tantos erales de la ganadería de José Luis Mayoral, que resultaron manejables.
El ganador fue el venezolano Rafael de la Cueva, alumno de la Escuela Taurina de Madrid, quién tendrá la posibilidad de participar en la clase práctica de toreo de la “Feria Chica” de Palencia el próximo domingo 2 de junio.
En definitiva, una jornada completa. Hay que volver a Ampudia. Gracias, alcalde, por el trato recibido.
P. D. Me olvidé del pan; ese pan blanco delicioso de Tierra de Campos que además se sigue elaborando en Ampudia. Faltaría más.