Francisca Javier Avellaneda, el padre de Palencia que decidió cambiarse de sexo porque “se sentía mujer, tal y como refleja la ley, denuncia que se encuentra “perseguido” por la justicia y reconoce que hay una “vendetta” y “una caza de bruja” contra su persona por la decisión que tomó el pasado mes de marzo y que la convirtió en una persona muy mediática.

“No respetan mi nueva situación como mujer y van a por mí”, asegura desesperada a este medio. Avellaneda lleva denunciando desde hace años que no se ejecuta la sentencia de custodia para poder ver a su hijo (al que no ve desde hace nueve años), pese a que tiene la patria potestad. Ante esta situación pretendió que se le reconocieran “los derechos como mujer, que se le niegan como hombre”, pero sigue sin conseguirlo, incluso ahora la cosa se ha agravado más.

Una manifestación que hace después de que un juzgado de Palencia haya decidido reabrir cinco años después una causa que ya estaba cerrada y sobreseída desde el pasado mes de mayo por parte del juzgado número 5 por un supuesto caso de violencia de género contra su exmujer, que hay que recordar que se encuentra en la cárcel de Villanubla (Valladolid) en régimen de tercer grado por un delito de sustracción de menores. Francisca sigue sin ver a su hijo a pesar de contar con una sentencia firme que le obliga a entregarla el menor al ser la única persona que tiene la patria potestad.

Avellaneda recuerda que esta nueva decisión del juez se basa en acontecimientos ocurridos en agosto de 2019 y con “hechos denunciados que son totalmente falsos”. Concretamente la denuncia de su exmujer está basada en unos comentarios que realizó Avellaneda en redes sociales donde “lo único que hice fue describir una situación: mi ex es una persona delincuente y mala madre”.

La palentina denuncia que hay varias “irregularidades” en el auto. Uno de “bulto” ya que la está juzgando un juez que es “parte” de la denuncia. Y todo esto “con la gravedad” de que este magistrado que ha reabierto la causa es una persona que forma parte del proceso, “ya que es aludido en la denuncia en innumerables ocasiones”.

Para Avellaneda, “es el que está decidiendo en este proceso actualmente, por lo tanto, hay un conflicto de intereses y además de que ha sido denunciado ante el CGPJ y el TSJ de Castilla y León, sin una sola prueba de viogen”. Todo esto le hace pensar que “hay una inquina y odio contra mi persona”.

También critica que el 27 de noviembre de 2020, el juzgado número de 4 de Palencia, “sin ser el juzgado de origen” abrió nuevas diligencias y rechazó la inhibición del juzgado número 6, “no por no ser el juzgado de origen, sino porque estipula que el juzgado Número 6 de Viogen es el competente, cuando lo que tendría que haber hecho es mandar el auto al juzgado número 5 y no emitir una valoración que no le corresponde y no le compete”.

Francisca en una foto actual Cedida

Además, critica que su extampoco le pasa los 400 euros que según la sentencia de la Audiencia Provincial tiene que abonar en cuestión de responsabilidad civil. “A mí me persiguen y a mi ex la permiten que esté en tercer grado presuntamente de manera ilícita porque la ley la obliga a cumplir con el pago de esta responsabilidad civil, y esto si lo llevan permitiendo desde hace mucho tiempo, pero con ella no pasa nada”, enfatiza.

Esta “caza de brujas”, en su opinión, no se limita solo a lo judicial, también lo amplía a lo extrajudicial. Ya que denuncia que su hijo ha sido matriculado en el instituto sin tener en cuenta su firma porque es el único que tiene la patria potestad, “se ha matriculado con la connivencia de la directora, de la inspectora de Educación y la firma de mi madre -la abuela del niño-, que tiene la tutela, pero no la patria potestad”.

Por este motivo cree que “que ha cometido un presunto delito ya que se han vulnerado una vez más mis derechos al tener la patria potestad y esto es así porque tienen orden del juzgado de hacerme la vida imposible”.

Francisca Javier tiene claro que “es una venganza contra los hombres que se han cambiado de sexo” y pone de ejemplo a otro padre que está en una situación parecida. Ante estos hechos, Avellaneda ha recurrido el auto que regresa a su vida años después y espera que “no tenga recorrido”. “Está claro que van a por nosotras”, concluye.

 

 

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