El primer encierro a caballo de las fiestas del Corpus de Sancti-Spíritus transcurrió con rapidez y sin consecuencias, tan sólo la aparatosa voltereta que un novillo propinó a uno de los corredores, el cual quedó suspendido en el aire durante unos segundos, aunque el percance quedó finalmente en nada, tan solo magulladuras y una leve cojera.

Ganado de Sayalero y Bandrés, bueyes de Hermanos Sánchez Oviedo y una docena de caballistas guiando al ganado por el ramal seco del río Gavilanes. La sequía de este año no ha permitido repetir las espectaculares instantáneas del año pasado, aquel llamativo ‘encierro acuático’ a que obligó el cauce tan crecido del río.

Como es habitual, media hora antes, el Ayuntamiento obsequió a los asistentes con aguardiente y perrunillas, servidas en el portal de la Iglesia Vieja, desde donde los asistentes podía contemplar el ir y venir de caballos.

Tras el encierro, capea en la plaza portátil, instalada en la zona de las piscinas, bajo un sol que caía como plomo derretido sobre los asistentes. Algún pequeño percance pero igualmente sin consecuencias dignas de mención.

Las fiestas comenzaron el pasado jueves con la presentación del libro de fiestas en el edificio de Usos Múltiples, la entrega de pañuelos y la representación de la obra ‘El consultorio médico’, interpretada por miembros de la asociación de mujeres Vistalegre. Posteriormente, se tributó un homenaje a los mayores de 90 años.

Anoche, el chupinazo desde el Ayuntamiento dio por inauguradas oficialmente las fiestas del Corpus 2017. La novedad este año ha sido el concierto y posterior verbena organizados por Interpeñas Sancti-Spíritus en el solar del antiguo salón de baile, el que se ubica este año la zona de peñas. El concierto fue posible gracias a la recaudación obtenida en la actividad ‘El jaco cagón’, celebrada días atrás, con gran éxito de público, en el campo de fútbol.