Contracuentos en un singular concierto de máscaras

Contracuentos es el montaje más reciente del grupo Contra Tiempo, un teatro de máscaras que nos introduce en el desternillante mundo de los cuentos literarios. Estrenado en 2016, el espectáculo surge del cariño, la investigación artística y el ejercicio técnico necesarios para esta arriesgada dramatización de textos narrativos, noteatrales. El resultado es compacto: un concierto de máscaras, reunidas por ensamblaje de extractos poéticos, con un hilo argumental fluctuante que conecta la sucesión o acumulación de cuadros dramáticos.

Los textos escogidos para Contracuentos salen de los libros de la llamada “Nueva Narrativa”, críticos con los sistemas políticos del siglo XX. En la literatura del “realismo mágico”, lo inesperado asalta el curso normal de los acontecimientos para descomponer las visiones realistas, cruzando ambientes cotidianos con elementos míticos en fábulas que se confunden con historias. Pero hay cuentos que suponen una revolución, más bien, en sus técnicas formales; libros que no son novelas, sino inclasificables que rompen la idea de género literario.

Las historias de Contracuentos se articulan en el gran relato teatral que queda abierto a las impresiones y lecturas que se despierten en el público frente al montaje completo y de cada uno de los cuadros de los que se compone. La adaptación teatral, como un concierto, se divide en tres partes compuestas por cuadros: Los cuentos, que se suceden como dramas relativamente autónomos, conectados por un método análogo al ensamblage. Un prólogo y un epílogo enmarcan esta batería de piezas breves, textos animados con música, coreografía, atrezzo que invita a imaginar mediante su sencillez y una interpretación que saca todo el jugo a sus posibilidades para la transformación de una revolucionaria literatura en teatro.

Contra Tiempo Teatro es una asociación cultural sin ánimo de lucro (Patricia Casalderrey, Pablo Lorenzo, Elena Muñoz, Víctor Nández, Aurora Bernal) formada en el verano de 2003 como resultado de diversas experiencias teatrales que, tras cristalizar en el 2001 con la puesta en escena de “Ubu Rey” de Alfred Jarry bajo de nombre de “Gran Teatro Natural de Oklahoma” y movidos por el notable éxito obtenido, decidieron formalizar la agrupación con este nuevo nombre con el objetivo de dar una mayor continuidad y estabilidad a su quehacer teatral.