La parroquia San Pedro Apóstol de Alba de Tormes acogió este domingo, segundo de Adviento, la ordenación diaconal de uno de nuestros seminaristas, Antonio Carreras Sánchez-Granjel, de 36 años. La ceremonia fue presidida por el obispo de Salamanca, Carlos López, y concelebrada por el Rector del Seminario diocesano San Carlos Borromeo, José Ángel Ávila y numerosos sacerdotes diocesanos.

Antonio estuvo arropado por sus familiares y amigos, entre los que se encontraban sus compañeros del Seminario diocesano y del Teologado de Ávila en Salamanca; feligreses de Alba de Tormes y de varias parroquias de Salamanca, así como miembros de las comunidades religiosas presentes en Alba (Carmelitas, Reparadores, Benedictinas, …) y que quisieron acompañarle en la celebración en la que ha dado un paso decisivo en su camino al sacerdocio.

En la celebración, Antonio pronunció dos promesas muy importantes ante el Obispo y la Asamblea congregada: su obediencia al Obispo y a sus sucesores y la promesa del celibato. “Estas dos promesas, dan un sentido especial al modo en que yo quiero configurarme con Cristo Servidor. A partir de ahora, por el sacramento del Orden, mi servicio a la Iglesia y mi ministerio me van a exigir un compromiso más radical, que deja atrás cualquier aspiración o proyecto de vida que no sea el de intentar configurarme más con Cristo Servidor, sirviendo a mis hermanos desde la caridad y el servicio en las mesas de la Palabra y de la Eucaristía”, señalaba Antonio.

De 36 años, es uno de los tres jóvenes que están formándose en nuestro Seminario diocesano San Carlos Borromeo. Ingresó en el curso 2014-2015 y en 2016 concluyó su formación teológica en la Universidad Pontificia de Salamanca e inició su etapa pastoral acompañando a la comunidad parroquial de Alba de Tormes donde fue admitido a las Sagradas Órdenes el 18 de diciembre de 2016. Anteriormente ha colaborado como catequista en la Parroquia de Carbajosa de la Sagrada y está muy implicado en las actividades que se desarrollan en la pastoral juvenil diocesana y en la vocacional.

Misión del diácono

Los diáconos tienen la misión de servir al pueblo de Dios en el ministerio de la liturgia, de la palabra y de la caridad. Pueden administrar el Bautismo, reservar y distribuir la Eucaristía, asistir al matrimonio y bendecirlo en nombre de la Iglesia, llevar el viático a los moribundos, leer la Sagrada Escritura a los fieles, instruir y exhortar al pueblo, presidir el culto y oración de los fieles, administrar los sacramentales, presidir el rito de los funerales y sepultura. (LG, 29).