Salamanca ha acogido un año más el Día del Guardia Urbano, en el que decenas de vehículos antiguos han circulado por las calles de la ciudad tras concentrarse primero en la plaza de la Concordia y después en la Plaza Mayor.

Coches de todas las décadas del siglo XX, motocicletas y hasta autobuses han lucido en el ágora charra, donde cientos de salmantinos y turistas han disfrutado de estas joyas del motor.

Esta tradición rememora cuando la Plaza Mayor de Salamanca estaba habilitada para la circulación de vehículos. Entonces un guardia urbano controlaba el paso de los coches por el epicentro de la capital del Tormes. Así lo hizo hasta el último tercio del siglo pasado, cuando la plaza pasó a ser únicamente peatonal.

A lo largo del día se turnaban varios guardas. Nunca faltaban, lloviera o granizara, con temperaturas bajo cero y olas de calor. Por eso, al llegar la Navidad, los conductores les entregaban un aguinaldo en señal de agradecimiento por su labor.