Castilla y León

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Salamanca

Capuchinos, el barrio de la piedra dorada

24 junio, 2018 13:31

En un mundo tan célere y alocado como el actual apenas sobreviven los recuerdos que van más allá de un lustro. Ésa es la barrera que marca la pervivencia de la información en Internet, pero hay otra mucho más valiosa que aún se atesora en álbumes de fotos escondidos en recónditos cajones, esos que ya apenas casi se ven en familia, y sobre todo, una información guardada a fuego en la memoria de quienes vivieron cada momento. NOTICIASCYL tiene en marcha una serie dominical que repasa la evolución de los barrios de Salamanca a través de los recuerdos de niñez de sus habitantes.

Hoy es el turno para Capuchinos. Durante siglos fueron tierras de labranza entre las calzadas hacia Toro y Zamora. Con la expansión de Salmanca hacia el norte a comienzos del siglo XX, esta zona era el lugar de juego para los niños de los barrios Blanco y Pizarrales. No fue hasta los años noventa, con la construcción del entonces Hipermercado Pryca, cuando comenzó a desarrollarse el espacio ubicado entre el Teso de los Cañones y Ciudad Jardín. Llegó el ‘boom’ de la construcción y la expansión urbanística de la ciudad. Incluso se construyeron más de cien viviendas sociales.

Capuchinos se estructuró en torno a manzanas como las grandes urbes, con edificios de características similares, todos ellos bajo la misma premisa, pues sus fachadas están realizadas con piedra de Villamayor. Así, es el barrio de la piedra dorada, con amplios espacios verdes como la Plaza de Burgos.

Establecida la población, sobre todo joven, llegó la necesidad de los equipamientos sociales. A comienzos del siglo XXI se construyó el nuevo Instituto de Educación Secundaria García Bernalt, pues las antiguas instalaciones de El Rollo se habían quedado pequeñas y obsoletas. Posteriormente llegarían el centro de salud, el nuevo centro de asociación de personas con parálisis cerebral Aspace, la residencia de personas con alzheimer Boni Mediero, la residencia de mayores Hermanas Fidalgo o el Centro de Tratamiento Postal de Correos.

Al tratarse de un barrio de nueva construcción es más bien una zona residencial, con escasa presencia del comercio salvo tiendas de primera necesidad, sobre todo debido al cercano hipermercado, con el que competir es una odisea. La vida vecinal se desarrolla principalmente al llegar el verano, cuando se comparten más las zonas verdes y los espacios comunes dentro de los edificios. Por tanto, al contrario que otras zonas de Salamanca, no goza de una historia que refleje la evolución social de la capital charra, tan sólo es una muestra más de su progreso y expansión.