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La restauración de las riberas en Tejares comienza con denuncias

15 agosto, 2018 12:54

El Comité Antinuclear y Ecologista de Salamanca ha denunciado ante la Confederación Hidrográfica del Duero que los trabajos de la iniciativa ‘Uso recreativo, actividades turísticas y recreativas, en la pesquera de Tejares’ están incumpliendo lo establecido en el proyecto.

Así, explica que describe las actuaciones que han de acometerse, como la limpieza y adecuación de márgenes desde el azud hasta el puente de la Universidad. Estas obras consisten en el desbroce de la maleza y el despeje de zonas a adecentar como el acceso al futuro pantalán y mirador. Sin embargo, asegura el colectivo ecologista que estas obras se han realizado sin control con una máquina de grandes dimensiones, una retroexcavadora Hitachi 350, en el cauce del río, su ribera, en la zona de servidumbre y hasta la zona de policía.

Para argumentar su denuncia ha presentado imágenes de la destrucción de la capa vegetal en un área de unos 30.000 metros cuadrados, cuando en el documento ambiental se prevé que sean solamente unos 8.000; despeje y desbroce de vegetación herbácea sin selección de especies y con efecto de eliminación total; y daños al realizar la entresaca de vegetación arbórea, arbustiva, y en raíces, troncos y ramas del arbolado maduro.

También el ensanchamiento del camino natural de la ribera, arrancando la vegetación existente a ambos márgenes. Si antes era de un metro, se ha pasado a un mínimo de cuatro. Y la modificación de la terraza fluvial, aplanándola, igualándola y elevación de la cota “con lo que, en caso de inundación, el riesgo de daños puede ser considerablemente mayor por reducción de la zona inundable”.

Añade el Comité Antinuclear y Ecologista de Salamanca que el documento ambiental de este proyecto tiene cinco medidas correctoras para que el impacto de las obras sea mínimo. La última de ellas señala expresamente que “las operaciones de limpieza, desbroces, saneamiento de arbolado y revegetación se realizarán básicamente a mano, para evitar los mayores daños y molestias que implica la maquinaria y siempre fuera del período de cría de la fauna más significativa”.

“No entendemos que para crear una zona recreativa en las márgenes del río Tormes haya que dañar la Naturaleza talando una extraordinaria vegetación natural y sustituyéndola, sólo parcialmente, por otra replantada artificialmente a lo largo de tres kilómetros de ribera, en ambas márgenes”, concluye el colectivo ecologista.