Castilla y León

Castilla y León

Salamanca

Mitos sobre cómo reconocer setas tóxicas

11 noviembre, 2018 10:56

Es tiempo de setas. Cada vez son más los aficionados a la micología que disfrutan recolectándolas tanto como cocinándolas o comiendo... ¿Eres uno de ellos? Saber distinguir las setas comestible de las tóxicas no siempre es fácil, y requiere conocimiento y experiencia. En realidad, solo una minoría de las setas que encontramos en el campo o el bosque son realmente comestibles. Del resto, una parte son tóxicas, más o menos peligrosas, y otras no son buenas, es decir son duras, tienen un sabor desagradable...

Si no las conoces muy bien, lo mejor es que te abstengas de salir al campo a recoger setas. Para una misma seta, incluso los colores pueden cambiar de unas zonas a otras, con lo que las fotos de las guías no son una fuente del todo fiable: no basta con conocer las setas, sino que debes saber distinguir las de la zona a la que vas.

Si te atrae la micología, la alternativa fiable para coger y consumir setas es iniciarte de la mano de un experto, porque la única forma de saber si una seta es tóxica o no es conocerla muy bien, identificar su nombre y apellido, o sea, la especie concreta a la que pertenece. Ante la más mínima duda ni siquiera la cojas: con las setas no puedes jugártela. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) te ofrece algunos consejos y destierra mitos sobre las setas venenosas.

La Amanita phalloides es sin duda una de las setas que hay que reconocer, pues es la responsable de la mayoría de los envenamientos mortales: si solo tuvieras que conocer una seta, que sea esta. No es que sea muy abundante pero, tampoco rara. Es de color blanquecino con tonos verdosos, tiene el sombrero extendido, un pie esbelto, láminas bajo el sombrero y es muy característico un anillo como un faldón que rodea el pie, siempre que no haya desaparecido por alguna razón. Bajo el pie hay una volva, una especie de saco del que ha salido la seta y que permanece en el terreno. La carne tiene un olor agradable... pero es hepatotóxica. En general, como principio de precaución no cojas setas blancas de láminas blancas.

Desconfía de falsas creencias

- Es falso que si están mordidas por animales son comestibles. Las setas pueden ser comestibles para algunos animales y tóxicas para los humanos, y no necesariamente tienen los mismos efectos: que estén mordidas o agusanadas no es indicador de seguridad.
- Es falso que si se hierve la seta con un utensilio de plata y éste se vuelve negro la seta sea tóxica, y si no, es comestible: no tiene ningún fundamento.
- Es falso que una seta sea tóxica si al cocer con ajos o cebollas oscurece.
- Es falso que una seta deje de ser tóxica si se cuece o se pone en vinagre o salmuera, y también es falso que las setas sólo son peligrosas crudas o poco cocinadas.
- Es falso que únicamente sean tóxicas las setas que cambian de color al partirlas: los níscalos no son tóxicos y cambian de color al partirlos, mientras que la Amanita falloides no cambia de color y es tan tóxica que puede resultar mortal.
- Es falso que las setas que crecen en la madera sean siempre comestibles: ni todas son tóxicas ni todas pueden comerse.

Si tienes dudas, no las tomes

- No olvides que hay ejemplares venenosos muy similares a otros comestibles.
- No hay trucos para una identificación certera de las setas. No consultes una guía, consulta varias.
- Lo más fiable es que se recolecten en zonas bien conocidas.
- Coge sólo las setas que conozcas a la perfección. Si tienes la más mínima duda, ni siquiera las cojas, y no tomes jamás setas que te ofrezcan sin la garantía de que son comestibles.
- Consulta con un micólogo. Algunas comunidades autónomas y ayuntamientos disponen de servicios, a veces gratuitos, donde se puede comprobar con total seguridad si las setas son tóxicas.

- También algunas sociedades micológicas ofrecen en temporada un servicio de asesoramiento e identificación: no te la juegues, recurre con ellos.