La USAL lidera una reclamación para financiar mejor las humanidades
Las facultades de Filología, Geografía e Historia, Bellas Artes, Traducción y Documentación, Psicología, Derecho, Ciencias Sociales, Filosofía, Educación, la Escuela Universitaria de Magisterio de Zamora y la Escuela Universitaria de Educación y Turismo de Ávila de la Universidad de Salamanca, presentaron esta mañana la Magna Charta Humanitatum, un documento que busca renovar el compromiso universitario con su herencia humanística, proponiéndose asimismo como respuesta a las dudas planteadas sobre el atractivo, valor o utilidad de las Humanidades.
En la presentación de este documento, que será suscrito a las 12:30 h. del miércoles, 28 de noviembre, en el Paraninfo de las Escuelas Mayores, estuvieron presentes el vicerrector de Política Académica y Participación Social de la Universidad de Salamanca, Enrique Cabero; el decano de la Facultad de Filología y coordinador de la propuesta, Vicente González; el decano de la Facultad de Psicología Emilio Sánchez Miguel; el decano de la Facultad de Educación, Ángel García del Dujo; el decano de la Facultad de Filosofía, Antonio Notario; el decano de la Facultad de Bellas Artes, Víctor del Río; y la vicedecana de la Facultad de Derecho, María Ángeles Gervós Maíllo.
En este escrito, surgido del Proyecto Humanitas y planteado como prioridad en las Conferencias de Decanos de Artes y Humanidades de España de los últimos años, se subraya el momento idóneo para realizar la firma de este documento, coincidiendo con la celebración del VIII Centenario de la Universidad de Salamanca y, así, de “ocho siglos de actualización, conservación, cuidado, difusión, estudio e investigación de todos los conocimientos y saberes unidos y vivificados por las Humanidades”.
La Carta Magna de las Humanidades
La Magna Charta Humanitatum expone en su preámbulo que los conocimientos humanísticos han “posibilitado la adquisición de aptitudes para contribuir a la construcción de sociedades más igualitarias, más justas y más libres”, lo que ha sido posible gracias a que el cuidado de la dignidad de la persona siempre ha sido objetivo central y compartido por todas las ciencias y conocimientos con las Humanidades.
El documento destaca asimismo la encrucijada en la que se encuentran las disciplinas humanísticas, que conlleva retos y problemas como la parcelación de los saberes, la hipertrofia de la razón instrumental. el desequilibrio causado por el impacto de las nuevas formas de comunicación, formación, relación y trabajo a través de las nuevas tecnologías, o la libertad misma. En resumen, este cruce de caminos, apunta el documento, pone en peligro a la propia construcción de la sociedad democrática.
Con una llamada a la Universidad para reivindicar en el discurso público, político y científico las aportaciones sustanciales de las Humanidades al conjunto de los saberes contemporáneos, este escrito reconoce que “en tanto que vector de creación de valores que dan sentido a la existencia humana”, las disciplinas humanísticas son imprescindibles para “comprender lo que somos como colectividad, cómo hemos llegado a serlo y qué queremos serlo en el futuro”.
Principios fundamentales y medios para su aplicación
La Carta Magna de las Humanidades propone cuatro principios fundamentales para el presente y futuro de las Humanidades. En primer lugar se encuentra que la Universidad garantice la presencia de las Humanidades en todos los ámbitos de su función; en segundo, que vele para que los principios de las Humanidades se hagan presentes en toda la enseñanza universitaria; en tercer lugar, que fomente la reunificación de los saberes y prácticas, así como las relaciones de transversalidad entre ellos; y en cuarto y último lugar, que el influjo de las Humanidades alcance también a la recuperación de criterios personales y dote de sentido y de escala humana al uso masivo y global de las tecnologías, buscando así superar el “frío mercantilismo burocrático” que quiere convertir en “clientes” a los estudiantes.
Para garantizar la aplicación de los denominados “Principios fundamentales”, la Magna Charta Humanitatum prevé siete vías por medio de las cuales las universidades firmantes se comprometerán a velar por la humanización de la relación de la administración universitaria y del profesorado con el alumno; asegurar los medios materiales y normativos para la impartición de la docencia en Humanidades; y considerar las Humanidades en igualdad con otros ámbitos de conocimiento en cuanto al desarrollo de programas de investigación.
El documento también propone mejorar las posibilidades de difusión a la sociedad de los resultados de la investigación artística, audiovisual, literaria, poética, teatral y de pensamiento crítico por distintos medios; adecuar los criterios de evaluación del profesorado de Humanidades para que no sean una mera prolongación de los aplicables en las ciencias experimentales; organizar actividades extraacadémicas en los ejes fundamentales de las Humanidades; y, finalmente, favorecer la presencia social y política universitaria en los foros nacionales e internacionales a favor de las Humanidades.