La estrategia de Unionistas triunfa sobre un mermado Guijuelo
Todavía con el eco del derbi de la capital charra llegaba otro partido de rivalidad, en este caso sólo deportiva por ser ambos equipos de la misma provincia, Club Deportivo Guijuelo y Unionistas de Salamanca. Y es que en la grada ambas aficiones, con presencia de más de medio millar de unionistas, llevaron a cabo antes del encuentro un hermanamiento con tapeo conjunto y paellada popular.
Con el pitido inicial cada uno defendió sus colores. Los verdiblancos, el mejor local del grupo uno de la Segunda División B del fútbol español, habiendo cedido solo un empate en toda la temporada. Los blanquinegros, el mejor equipo de los dos últimos meses, con ocho partidos consecutivos sin perder, incluso acabando con la imbatibilidad del líder Ponferradina. A priori, lo más lógico era un empate, pero el Guijuelo está mermado con dos lesionados y cinco tocados. Y lo notó, porque registró su primera derrota, 0-1, perdiendo su imbatibilidad en casa mientras Unionistas agranda su racha a nueve partidos sin perder.
El Guijuelo comenzó con Felipe Ramos, Raúl Ruiz, Iván Pérez, Carlos Rubén, Jesús Muñoz, Juanra, Carmona, Luque, Pallarés, Nacho Pérez y Javi Borrego. En el banquillo esperaban Zarzo, Jonathan Martín, Ayala, Razvan, James, Manu Dimas y Jonathan Simón. Por su parte, Unionistas salió de inicio con Molina, Piojo, Admonio, Ayoze, Góngora, Albisua, Unani, Javi Navas, De la Nava, Ribelles y Manjón. En el banquillo esperaban Lluis, Juanmi, Peli, Jorge, Guille, Diego y Quintana.
El partido comenzó con Unionistas bien posicionado atrás, dejando que el Guijuelo tocara el balón y se perdiera en la maraña defensiva blanquinegra. El equipo verdiblanco buscaba las ocasiones de gol, pero no encontraba hueco. Aunque tampoco tenía mucho trabajo en defensa, con un Unionistas muy impreciso en la salida de balón. Transcurrido el primer cuarto de hora, sólo cabía destaca un choque entre las cabezas de Admonio y Pallarés, sin mayores consecuencias salvo el susto.
El Guijuelo se diluía entre las líneas de Unionistas perfectamente colocadas. Apenas un par de córners provocados gracias a la actitud de Javi Borrego, el más ofensivo hasta entonces. La desesperación pasó factura y fue clara a la media hora de juego, cuando Admonio, un día más un muro en defensa, atajaba un uno contra uno de Borrego, el balón llegaba a la contra hasta Unai y Felipe Ramos salvaba al Guijuelo con un paradón. En el córner siguiente, balón al larguero de Albisua.
A Unionistas le salía el plan. El Guijuelo llegaba hasta la defensa pero ahí se le nublaban las ideas. La velocidad de mover el balón no llegaba para un Guijuelo muy estático, basculando como en balonmano. Unionistas, por el contrario, estaba en su salsa, buscando la contra aprovechando la relajación del equipo local creyéndose dominador del juego. Era una posesión engañosa, sin profundidad, sin rapidez, sin ocasiones de gol. Y la única que tuvo, en el minuto 37, cuando el Guijuelo encontró un hueco, Carmona remató a las nubes. Con algo de asedio de Unionistas a balón parado se llegó sin goles al descanso de un anodino partido.
En la reanudación siguió la tónica de la primera parte y Unionistas lo aprovechó rápidamente. A los pocos minutos, Manjón adelantaba a los blanquinegros. Para más males del Guijuelo, Carlos Rubén caía lesionado y poco había en el banquillo para refrescar al equipo, con cinco tocados para rellenar convocatoria, un portero y un canterano. De hecho, salía al campo un Manu Dimas que todavía arrastra molestias.
Pero el Guijuelo esta temporada lucha contra los elementos y no se amilanó. Con más corazón que cabeza, el que le faltó en la primera parte, los verdiblancos buscó rápidamente el empate. Lo evitó un paradón de Molina y después la zaga unionista en línea de gol. Y minutos después el frontón de la defensa blanquinegra, eso sí, con polémica, pues los jugadores guijuelenses, y el público, reclamaron penalti por mano.
La velocidad que el Guijuelo no tuvo en la primera parte en ataque para mover el balón ahora desbordaba a Unionistas en defensa. Carmona y Pallarés fallaron dos ocasiones cerca de la media hora de la segunda parte, y poco después un centro peligroso de Nacho no encontraba rematador y Dimas intentaba una chilena desde fuera del área. Los blanquinegros eran incapaces no solo de acercarse al área rival, sino incluso de sacudirse el peligro verdiblanco. Pero el tiempo pasaba en su favor y el desgaste físico comenzaba a hacer mella en el Guijuelo. Tampoco ayudó el árbitro a juicio de la afición local, que reclamó otro penalti por mano de Piojo.
Aguirre refrescó el ataque quitando al goleador Manjón para dar entrada a Diego Hernández. Cuando lo que parecía es que el entrenador de Unionistas metería más defensas, sólo cambió piezas delante buscando la contra, pues también salió Jorge por Javi Navas. No necesitó más teniendo todas las líneas bien posicionadas, sobre todo una gran defensa, desquiciando a un Guijuelo con todo en contra, tanto física como mentalmente. Y si lograba llegar a la portería rival, ahí estaba Molina para demostrar su calidad con paradones.
De hecho, los últimos minutos de partido Diego falló el 0-2 tras aprovechar fallos de la zaga verdiblanca fruto del cansancio. No acertó en el mano a mano ni en más contras y Unionistas se lleva otra victoria ‘cholista’, 0-1 y a pensar en el próximo partido, mirando ya hacia arriba. El Guijuelo, en cambio, mira al parón navideño esperando que Papá Noel y los Reyes Magos le traigan la recuperación de sus muchos lesionados.
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