Que Carlos Molina es uno de los mejores porteros de la categoría lo dicen los números. Que además pertenece a Unionistas de Salamanca lo dice su contrato. Pero que encima su corazón es blanquinegro lo dice su piel. Con esta imagen que muestra su tatuaje conmemorativo del ascenso a Segunda División B quiso felicitar el guardameta unionista a la parroquia de Las Pistas por el año recién estrenado.
Agradeciendo a 2018 por haber sido un año "inolvidable", Molina recordó la felicidad que le proporcionó aquel penalti de Razvan que cristalizaba en rotundo éxito el trabajo de toda una temporada. "Un año en el que viví el momento más feliz de mi carrera deportiva, el cual quedará grabado en la memoria de todos, en el corazón de muchos y (en mi caso) hasta en la piel".
El portero de Unionistas ha disputado esta temporada los 18 partidos de Liga y ha recibido tan solo 12 goles. Es la punta de lanza del entramado defensivo de Roberto Aguirre y candidato a finalizar la competición como portero menos goleado del Grupo. Con él, Unionistas es uno de los equipos que menos goles recibe de toda la competición.