Castilla y León

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Salamanca

El Salamanca UDS amaga pero no pega

17 febrero, 2019 21:57

Con el debido respeto que merece toda persona que fallece, en este caso el que fuera presidente de la UDS y cónsul de Portugal en Salamanca, Augusto Pimenta, a quien como recuerdo se le guardó un minuto de silencio, ¿a qué juega este Salamanca de Antonio Calderón? Esa es la pregunta que se hacían los aficionados, y cómo no, también los periodsitas al finalizar el partido ante el Fabril, al que el equipo local fue incapaz de marcar un gol y, lo más importante, tampoco generar ocasiones claras de marcar. Un problema.

Un importante problema al que tiene que hacer frente Calderón, por mucho que diga que se equivocó en la primera parte. Unos cuarenta y cinco minutos para olvidar. Malos y aburridos, donde el Salamanca UDS no tiró ni una sola vez entre los tres palos. Y ese es el problema de este equipo. El equipo de Calderón, porque toma decisiones que tan sólo tienen explicación para él, si es que las tiene porque a tenor de sus declaraciones en sala de prensa, es el único responsable de que este equipo amague con flojera y tan siquiera ser respetado en su campo.

No sabemos, y que nos lo explique, por qué Antonio Amaro sigue chupando banquillo. Que explique por qué el cambio del juego desde el minuto 1 del segundo tiempo cuando tomó las manijas del centro del campo el futbolista charro. Que lo explique si es que tiene alguna explicación. Que diga el porqué dejó de jugar con cinco defensas y Amaro, cuando las cosas marchaban bien. Antonio Calderón, como buen jugador que fue, se debe presuponer que Amaro en el centro del campo es vital. Y la vitalidad hace ganar partidos.

En la segunda parte, retiró a Ricardo Carvalho, otra cuestión que seguimos sin entender cuando había jugadores en el campo que no jugaban a nada. Pero sí es verdad que la entrada de Antonio Amaro y Jiménez Luque ofreció otro tono al equipo. Más intensidad, más control, más verticalidad... pero seguía sin crear ocasiones serias. Y cuando no creas no marcas. Y el Salamanca al no marcar se agarró, allá por el minuto 84, retira a Owusu -que tuvo que sufrir lo habido y por haber en el juego sucio y marrullero que el árbitro pasaba de castigar- y da entrada a Martín Galván, quizás fue el último clavo ardiendo al que se agarraba el míster local para que mediante alguna falta pudiera salvarle los muebles como hizo en el campo vecino de una falta directa. Pero San Martín ya había quedado atrás en el calendario, que es cuando se sacrifican los gorrinos. Y mucho nos tememos que cambia este panorama o hasta la semana del 7 de mayo, los aficionados tendrán contenido el aliento. Porque, además, se supone que los fichajes en el mercado de invierno se realizan para mejor lo que hay. Y no ha sido así, al menos en la delantera y eso, a día de hoy, se paga en una atroz ausencia de gol.

REPORTAJE GRÁFICO LUIS FALCÃO