Este domingo, 10 de marzo, se celebra en la Catedral Vieja una misa según el rito hispano-mozárabe, a las 12:00 horas, y de esta forma se preserva una tradición que data de siglos atrás, como manera propia de celebrar las acciones litúrgicas en la Iglesia española durante los primeros diez años de su historia.
El delegado de Liturgia en la Diócesis de Salamanca, Emilio Vicente de Paz, recuerda que este rito es la forma peculiar como los primeros cristianos de la provincia romana de la Hispania celebraron su fe, “en las acciones litúrgicas más comunes como la eucaristía, los demás sacramentos y la liturgia de las horas”. En el sigo XI fue suprimido oficialmente por mandato del Papa Gregorio VII para introducir el rito romano. Sin embargo, varias parroquias de la ciudad de Toledo, las llamadas “mozárabes”, obtuvieron el privilegio de poder seguir celebrando en aquel rito.
“En el siglo XVI se les une Salamanca en la conservación de tan venerable liturgia, cuando Rodrigo Arias Maldonado, el ‘Doctor Talavera’, funda en la Catedral Vieja la capilla mozárabe llamada de ‘El Salvador’ o capilla ‘Talavera’”, aclara este responsable. En la actualidad, el Cabildo Catedral de Salamanca mantiene la celebración anual en rito hispano-mozárabe en el primer domingo de Adviento y el primero de Cuaresma.
Diferencias entre el rito romano y el hispano-mozárabe
En comparación con el rito romano, el hispano-mozárabe tiene un sabor más oriental, “con unas oraciones más largas y recargadas, con más diálogos entre el sacerdote y los fieles”, describe el delgado de Liturgia. Asimismo, algunos elementos están cambiados de lugar: el rito de la paz se hace poco después de la presentación del pan y del vino y antes de la plegaria eucarística.
Otra diferencia es que el Credo se recita en el rito de la Comunión, antes de la fracción del pan; o “la bendición final se anticipa al momento inmediatamente anterior a la Comunión”. Emilio Vicente de Paz aclara que hay un canto de paz que no existe en la liturgia romana, y por el contrario, “en el rito hispano-mozárabe no hay acto penitencial”.
Otras diferencias entre ambos ritos es por ejemplo, que el Padrenuestro lo canta el sacerdote y a cada una de las ocho peticiones que contiene, el pueblo aclama “Amén”; o que durante el canto de la fracción del pan, diferente en cada misa, el sacerdote parte el pan consagrado en nueve partes y, mientras las coloca en forma de cruz sobre la patena, “va evocando los sucesivos misterios de Cristo que se celebran en el año litúrgico: Encarnación, Nacimiento, Circuncisión, Aparición, Pasión, Muerte, Resurrección, Gloria y Reino; finalmente, la Comunión es siempre bajo las dos especies”, subraya el responsable de Liturgia.