Unionistas de Salamanca se llevó una meritoria victoria ante el hasta hoy líder de la competición, un Fuenlabrada que acusó la lesión de Cédric al principio y que solo inquietó en el tramo final de partido (3-1). Un gol en propia meta de David Prieto abrió el camino y, antes del descanso, liquidaron el choque Unai y Garrido. En la segunda parte, Borja Lázaro puso aliciente al partido y, sobre todo lo hizo el árbitro, con las discutidas expulsiones de Javi Navas y Admonio.

Cuando comenzó a rodar el balón, el guión se pudo vislumbrar como en papel de cebolla. El conjunto madrileño trataría de llevar el peso del partido y el charro, bien pertrechado atrás, buscaría espacios al contragolpe. Sin embargo, los problemas para el líder no tardaron en llegar, ya que a los 3 minutos, el punta Cédric, su mejor jugador, se lesionó en un feo giro de rodilla, solo, y tuvo que dejar su sitio a Héctor Gómez. La grada no le perdonó, por cierto, su pasado en el Salamanca UDS y se lo hizo notar. Apenas dos acercamientos del Fuenlabrada coparon el escaso bagaje ofensivo de los primeros minutos.

Empezó la fiesta. Al paso por el cuarto de hora, Garrido achuchó con más fe que opciones un balón que perseguía hacia atrás David Prieto. El central, poco acertado, no se entendió con Biel e introdujo el balón en su portería. Decían en benjamín que no se debe buscar la cesión al portero entre los tres palos. Al bueno de Prieto se le olvidó. Unionistas aprovechó esa falta de comunicación para adelantarse y la grada se metió aún más si cabe en el partido.

El Fuenlabrada quiso reaccionar a balón parado. En el 19', Iribas la templó a la cabeza de Prieto, demasiado flojo, y cayó mansa a las manos de Molina. Un minuto más tarde, José Fran enganchó un balón perdido en el área y remató lamiendo el palo de la meta local. Apretaba el líder. Y más cuando Randy sacó de zona a Admonio y puso un peligroso pase de la muerte a la carrera vertical de Héctor que no llegó por los pelos. Irónico. Unionistas espabiló a través de Unai que lo intentó sin fortuna desde la frontal, pero sirvió al equipo para salir. Como salió Ribelles en el segundo cambio por lesión del partido, eso sí, entre cánticos con su nombre, y dejó su sitio a Jorge Hernández.

A la media hora, Admonio vio la tarjeta, a la postre decisiva, por una entrada sobre Héctor Gómez que hizo mucho daño al 'exvecino'. Merecida. Y pudo volver a golpear Unionistas, pero Unai no conectó con limpieza un remate de cabeza en el interior del área. El más pequeñito estaba solo. No es lo suyo el juego aéreo, pero sí el terrestre. Y lo demostró en la siguiente jugada cuando recibió un pase lateral en el interior del área y lo mandó a guardar de un derechazo a las mallas. Escenario inmejorable para los de Aguirre. Perdón, casi nadie se lo creía en Las Pistas, pero mejoró en el 42' cuando Garrido liquidó el choque frente al líder con el tercero antes del descanso tras encontrar un balón perdido en el área. Delirio en Las Pistas.

El Fuenlabrada quiso arreglar el desaguisado a la vuelta de vestuarios, pero puso más empuje que fútbol. Monopolizó el cuero y trató de llegar por lo civil o por lo criminal. Sin llevar el balón a las bandas y sin enlazar cuatro pases seguidos, pero con el ímpetu que le otorgaba el marcador. Es decir, más sonrojo en las mejillas que en las zamarras. Unionistas, mientras, esperó atrás apoyado en su mejor valladar: Admonio, el escudo antiaéreo. Y todavía pudo hacer más sangre a la contra.

Al Fuenla no le salía nada y buena prueba de ello fue un resbalón que tuvo Jaume en la salida de balón que sirvió a Jorge Hernández para armar el 'quilombo'. Le ganó la carrera, le encaró, le superó y cedió a Javi Navas que, liberado en la parte derecha del área, remató a media altura y obligó a mostrar a Biel que vino a Salamanca con guantes. El bueno de Navas se llevó el premio de la grada, como también el árbitro cuando mostró la amarilla Héctor Gómez por saltar con el codo.

El festival en Las Pistas fue en aumento mientras caían los minutos. Como la confianza de los de Aguirre que empezaron a poner el balón a buen recaudo y a 'bailar' al Fuenla con combinaciones poco usuales por estos lares. Faltaba el paradón de Molina, y llegó. El meta reaccionó felino yendo abajo tras un remate mordido de Héctor Gómez que rechazó en un defensor y se envenenó. Eso sí, en el córner, el líder puso picante al tramo final con el gol de Borja Lázaro tras pescar un balón suelto tras varios rechaces.

Estaba empeñado el conjunto madrileño en que hubiera partido, y al parecer también el árbitro, que expulsó a Javi Navas de forma incomprensible tras una entrada por detrás en campo contrario que, que desde luego, mereció amonestación, pero nunca el máximo castigo. Aguirre metió a De la Nava para tener un poco más el balón y el 'diez' cumplió con su misión. Manejó el cuerpo, le metió pausa y enfrió el choque. Aún quedaban más sobresaltos porque fue Admonio también fue expulsado tras un salto al filo del 90'. En el descuento, los nueve blanquinegros sacaron los dientes y aguantaron un lustroso marcador que da tranquilidad al equipo para el tramo final y deja aún más abierta la parte de arriba.

REPORTAJE FOTOGRÁFICO: LUIS FALCÓN