Seis celebraciones de penitencia que llenan Salamanca de luto, púrpura e imaginería religiosa. El Viernes Santo es una de las principales celebraciones de la religión del Cristianismo, dentro de la denominada Semana Santa. Este día se recuerda la Muerte de Jesús de Nazaret. Una jornada en la que la Iglesia Católica manda a sus fieles guardar ayuno y abstinencia de carne como penitencia.
La pasión del Viernes Santo de Salamanca comenzó en el Humilladero del Campo de San Francisco con la procesión del Santo Entierro, a cargo de la Cofradía de la Vera Cruz de la ciudad, tras el ya tradicional acto del Descendimiento de Nuestro Señor, un acto más antiguo de la Semana Santa de la ciudad.
Con túnica blanca y capas y capirotes azul celeste los cofrades de la Vera Cruz guíaban la comitiva desde la Capilla que lleva su nombre, donde el Santo Sepulcro (1678) ha sido acompañado en el acto procesional de las imágenes de Los Azotes (Alejandro Carnicero, 1728), La Caña (Juan de Villabrile y Ron, Finales del S. XVII), Jesús con la Cruz a Cuestas (Juan de Villabrile y Ron. Finales del S. XVII), La Caída (Anónimo 1617/González Macías, 1943), El Calvario (conjunto compuesto por: Cristo de los Doctrinos, Virgen de la Amargura, San Juan y María Magdalena (Pedro Hernández 1615) y Stma. Virgen de los Dolores (Felipe del Corral, S. XVIII).