Hace unos días la Revista AD preguntaba a sus lectores cuáles eran los mejores edificios modernistas de España, y por mayoría han elegido la Casa Batlló de Barcelona con el 21,24% de los votos. Y es que esta es la obra modernista por excelencia, un ejemplo de la plenitud artística de Gaudí que pertenece a la etapa naturalista, la más personal del arquitecto y cuando las formas orgánicas le llevaron a poner en práctica nuevas soluciones estructurales basadas en la geometría reglada. Fantasía preciosista en estado puro, que cumple todas las normas del Modernismo y las eleva a la máxima potencia.

Le sigue otra obra del genio catalán, El Capricho, en Comillas (Cantabria), con el 19,22%. Es un delirio de construcción, un edificio proyectado por Gaudí y hecho por Cristóbal Cascante, ayudante del arquitecto, en una de las pocas intervenciones que el reusense realizó fuera de Cataluña. Emerge como una casita de cuento en medio de un cuidado jardín, con lo que ya uno entra en situación según avanza. Declarado Bien de Interés Cultural en 1969, tiene reminiscencias del gótico, oriental, mudéjar y nazarí, y se dice que Gaudí se inspiró en un proyecto para un embarcadero que había desarrollado para sus estudios universitarios.

En tercer lugar, ha quedado Casa Lis, en Salamanca, con un 18,5%. Se trata de un palacete urbano que ocupa parte de la antigua muralla de la ciudad. Lo llevó a cabo el maestro Joaquín de Vargas y Aguirre, natural de Jerez de la Frontera, que, como reza la información del edificio “desembarcó en Salamanca para ocupar la plaza de arquitecto provincial”. Al contratiempo histórico que suponía edificar en esa zona se le sumaba un desnivel, que Vargas resuelve con una escalera que crea terrazas ajardinadas y una gruta cubierta de rocalla, muy original. Construido en torno a un patio interior, y con el hierro y el vidrio como protagonistas, Casa Lis reserva una maravillosa sorpresa, pues su fachada norte es uno de los pocos ejemplos modernistas de la ciudad salmantina. Hecha de piedra y ladrillo, destaca su puerta de acceso y la decoración, con vidrieras artísticas en la galería del patio, las puertas y la claraboya de la escalera principal.

Cierran este ranking: el Palacio Longoria en Madrid (11,74%), el Mercado Central de Valencia (11,09%), la Casa del Príncipe en Valladolid (7,63%), el Casino Mercantil de Zaragoza (6,12%) y el edificio Telegrama del Rif en Melilla (4,46%).