La Asociación Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio recuerda al Ayuntamiento de Salamanca que, de acuerdo con la Guía Operativa para la aplicación de la Convención sobre Patrimonio Mundial de la UNESCO de 1972, en virtud de la cual Salamanca fue inscrita en 1988 en la Lista del Patrimonio Mundial, los Estados Parte deben informar "por medio de la Secretaría de la UNESCO acerca de sus intenciones de acometer o autorizar, en una zona protegida por la Convención, restauraciones de importancia o nuevas construcciones que podrían alterar el valor de Patrimonio Mundial de dicho bien". La notificación debe hacerse lo antes posible (por ejemplo, antes de redactar documentos básicos para proyectos concretos) y antes de que se adopten decisiones difícilmente reversibles, con el fin de que el Comité pueda participar en la búsqueda de soluciones adecuadas para garantizar la conservación íntegra del valor del lugar como Patrimonio Mundial.
Es, por tanto, obligación del Ayuntamiento de Salamanca informar al Estado Español y pedir que éste dé traslado al Centro de Patrimonio Mundial de la UNESCO sobre nuevos proyectos urbanísticos como es el caso del pretendido Centro de Recepción de Turistas en la Plaza del Mercado Viejo, uno de esos rincones de la ciudad histórica donde se asientan cuatro edificios catalogados y donde ya existe una importante actividad cultural y turística vinculada al Museo de Automoción, al Molino del Tormes, al casino y al hotel que ahí tienen actividad, además de las vistas hacia el Teso de las Catedrales y una notable población.
Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio pide al Ayuntamiento de Salamanca que se abstenga de adjudicar la ejecución de ese proyecto hasta contar con todos los permisos y autorizaciones con los que un bien inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial debe contar.
Si bien, también se le aconseja, no aludir a la situación actual o de los últimos años, derivada de la inacción policial, por sonrojante. Difícilmente se pueden defender alegres proyectos y cuantiosas inversiones cuando antes no se han implementado las más básicas medidas para reconducir una demanda que, a mayores, busca unas facilidades que resultan perjudiciales para la economía local y la convivencia.
El proyecto
La inversión prevista, cercana al millón de euros, esencialmente tiene como fin reurbanizar la mencionada plaza y las calles del barrio, cuyo pavimento está muy deteriorado por no ser el adecuado para la circulación y libre aparcamiento de vehículos y sí para el tránsito peatonal como así se planteó y debiera haberse mantenido.
De materializarse el proyecto de zona de estacionamiento que el Ayuntamiento de Salamanca propone, además de las incidencias para el tráfico, arruinaría la calidad de vida (inseguridad vial, ruido, etc.) y transformaría el uso que se le presupone a una plaza pública, que tampoco es el actual aparcamiento, situada en un lugar sensible el cual merece ser recuperado para uso y disfrute de las personas y para realce de la ciudad.
Además, la ejecución de este proyecto no será ninguna solución porque los autocares discrecionales seguirán estacionando en lugares no autorizados y no habilitados para ello, especialmente paradas del autobús urbano, pero también otros como la Plaza de Poeta Iglesias, Fonseca o el Paseo del Rector Esperabé, dada la escasa presencia policial en nuestras calles y el beneplácito municipal para mantener una situación caótica e inaceptable.
La ciudad
Que la actividad turística sea sostenible es un aspecto que debe preocupar a las ciudades históricas, como Salamanca, involucradas en la conservación de su patrimonio y su imagen. Concentrar el impacto de esos autocares en un único punto de la ciudad no es precisamente una medida encaminada a aliviar esa presión: diluyéndola o llevándola a lugares ajenos al ámbito patrimonial a salvaguardar.
Habilitar varios espacios para estacionamiento de autocares discrecionales en el interior del municipio, pero en el exterior de la primera vía de ronda, y que aquel que debe situarse al sur del casco histórico esté en la margen izquierda del río, es la línea de trabajo que en la que el Ayuntamiento debería trabajar desde hace tiempo, con un Plan de Movilidad que tenga una visión integral y sostenible.