La Asociación Salmantina de ONGD se constituyó en mayo de 2017 con el objetivo global de lograr la plena realización de las comunidades de los pueblos más desfavorecidos del planeta y favorecer así su independencia cultural, económica, política y social en recíproca justicia y solidaridad.
La semana contra la pobreza dará comienzo con una Charla-coloquio este jueves 17 a las 7 de la tarde en el Centro de Estudios Brasileños de la USAL: “Sostenibilidadética y la desaparición de los bienes comunes” a cargo de Carmen Velayos, profesora titular de Ética y Filosofía Política en la Universidad de Salamanca.
El sábado tendrá lugar una concentración a las 7 de la tarde en la Plaza de los Bandos, animada por una batucada de la escuela Santiago Uno, a continuación se contará con un concierto de música africana a cargo del grupo ALMAKUNDA. Finalmente se procederá a la lectura del manifiesto, este año será leído por Eulalia Torrubia, profesora de la facultad de educación de la Universidad Pontificia de Salamanca.
Manifiesto íntegro: “Que nadie se queda atrás”
“La crisis climática es consecuencia de un modelo de producción y consumo que ha demostrado ser inapropiado para satisfacer las necesidades de muchas personas además de poner en riesgo nuestra supervivencia impactando de manera injusta en las poblaciones más pobres y vulnerables del mundo.
No estamos respondiendo con la suficiente rapidez y contundencia a una emergencia ecológica que, además de suponer un grave riesgo para la vida de millones de personas, provoca la extinción de recursos básicos como son el agua, los bosques o los océanos, entre otros.
La responsabilidad de las instituciones europeas y el Gobierno español, así como de los gobiernos de las distintas comunidades autónomas y ayuntamientos, debemos sumarla a la nuestra como ciudadanos. Todos juntos debemos estar a la altura de lo que se nos exige. Debemos tomar medidas urgentes y eficaces para frenar el deterioro creciente del medioambiente y el incremento de la pobreza. Lograr esto requiere necesariamente de:
-Asumir la urgencia de la situación actual
-Declarar la emergencia climática asumiendo compromisos personales y políticos reales y vinculantes, mucho más ambiciosos que los actuales, asignando los recursos necesarios para frenar la crisis y evitar un colapso de todos los sistemas naturales, incluido el humano.
-Solidarizarnos con aquellos que de forma más dramática están sufriendo las consecuencias, como son las poblaciones más vulnerables, poblaciones que, paradójicamente, son las que menos contribuyen a la crisis. El cambio climático exige que tomemos medidas urgentes, coordinadas y coherentes, entre ellas:
-Modificar nuestra relación explotadora con los recursos del planeta.
-Reducir la generación de residuos industriales e individuales.
-Incrementar el uso de energías renovables.
-Asegurar que los más pobres y vulnerables sean protegidos y apoyados en sus luchas para adaptarse al cambio climático construyendo sociedades más justas y equitativas.
Defendemos un desarrollo sostenible y un futuro para todos. Queremos un planeta vivo y un mundo sin pobreza en el que nadie se quede atrás”.