La Comisión de Desembalse de la cuenca del Duero ha aprobado esta pasada semana la propuesta de llenado de los embalses para el año hidrológico 2019-2020 después de uno de los veranos más calurosos y secos de los que se tienen referencia. Así, se han fijado los resguardos mínimos sin novedades respecto al año anterior, así como los caudales máximos de embalse.
En este encuentro se ha valorado también el desarrollo de la campaña de riego, que se ha prolongado hasta mediados de octubre, con el cumplimiento de las dotaciones acordadas en las Juntas de Explotación. El volumen de agua almacenada al comienzo de la misma (79%) ha permitido mantener al cierre del año hidrológico las reservas de agua establecidas en la última Comisión de Desembalse.
Además, los sistemas del Tormes y el Águeda, junto con el Adaja, son los que se encuentran en una situación más comprometida debido a la sequía que, parece, no cambiará de manera excesiva. De hecho, desde la CHD no prevén grandes cambios, mientras que se espera una ligera mejoría en Pisuerga y Carrión, aunque insuficiente para abandonar la situación de sequía prolongada.
Los embalses de la cuenca gestionados por la CHD se encuentran en cerca del 40% de su capacidad total, en la media de la última década, con un total de 1.119,5 hectómetros cúbicos almacenados.