Justo José Hernández Escolar será el pregonero de la peña 'El Algualicillo' según han anunciado ellos mismos a través de una nota de prensa. El ganadero de Garcigrande fue estudiante de Ciencias Políticas en Madrid pero su pasión siempre fueron los toros.
Siempre con labores de tierras y ganado entre Fuenlabrada y Humanes de Madrid, el pueblo de Domingo, empujó a sus padres a hacerse con una punta de vacas de Juan Pedro Domecq, un desecho del ganadero jerezano. Ya eran propietarios de la finca de Alaraz del vizconde de Garcigrande y unos años más tarde le compraron a El Viti las 401 hectáreas de Traguntía, en Vitigudino.
Ahí fue cuando comenzó a verse el nombre de Garcigrande en los carteles de figuras, pero su carrera se vio truncada en la Maestranza de Sevilla en una tarde fiasco. Entonces, Justo Hernández se vino a vivir con su familia cerca de sus toros, a Salamanca, y todos los días se desplazaba hasta la finca, al pie del cañón, buscando salidas y embestidas como las que él mismo le gusta disfrutar cuando torea, que el toro o la vaca empuje humillando y hasta el final.
Informatizó la ganadería y así ya no lleva su ganadería en la cabeza, como decían los viejos ganaderos, sino en la infinita y precisa memoria del ordenador, con vídeos incluidos. Y a finales de la primera década comienzan a llegar los primeros éxitos de los nuevos laureles.
Justo Hernández, abanderado de la humildad y de la admiración por los toreros, perdió hace dos eneros a su mejor socio, a su guía, a quien le ponía los pies en el suelo y a la vez le daba alas: a su padre. Justo y Domingo vivieron juntos las embestidas codiciosas de Hechicero en Bilbao, al que le pidieron el indulto. Los indultos en numerosas plazas como Nimes, Arles, Córdoba, Valencia y tantos otros.
Y el más hermoso llegó en Sevilla por Abril como homenaje tras la muerte de Domingo; Orgullito se puso a embestir a la muleta de El Juli hasta ser indultado.