El obispo de la Diócesis de Salamanca, Carlos López Hernández, evoluciona favorablemente tras su ingreso hospitalario del pasado 25 de marzo, en el Hospital Clínico Universitario.
En el día de ayer, fue trasladado a la Hospedería Fonseca para continuar allí su tratamiento médico y seguir aislado, tras dar positivo en coronavirus en un segundo test.
Desde la Diócesis de Salamanca agradecemos las oraciones y las muestras de cercanía hacia nuestro obispo, y pedimos por todos los enfermos y los familiares de los fallecidos, así por los que trabajan de forma incansable en este tiempo de confinamiento.