Días duros paras las diócesis salmantinas por el fallecimiento de varios miembros vinculados
La Diócesis de Salamanca y la de Ciudad Rodrigo están viviendo semanas complicadas debido a los fallecimientos de miembros vinculados a ambas.
De esta manera, como ya se ha anunciado, el que fuera párroco en Encinasola de la Encomienda, Guadramiro, Gema y Picones, Ángel Benito falleció el pasado marzo, al que se unió Longinos Jiménez poco después.
Sin embargo, la semana posterior, la última de marzo, fue, si cabe todavía más dura. El párroco de La Purísima, Fructuoso Mangas, falleció, y al poco lo hicieron Alfredo Ramajo, arcipreste de Yeltes, y Miguel Ángel García, quien llegara a ser rector de La Clerecía.
Esta última semana, además, según informan las diócesis, los decesos no se han detenido. Jesús Vicente Moreno, natural de La Fuente de San Esteban y párroco de El Payo hace tiempo antes de marcharse fuera de la provincia y volver ya tras su jubilación, falleció el 4 de abril.
El lunes, la Diócesis de Ciudad Rodrigo también alertaba del fallecimiento del sacerdote Nicolás Hernando Álvarez a sus 84 años, víctima del coronavirus. Natural de Serradilla del Arroyo, en la actualidad se encontraba en la residencia salesiana de Arévalo.
Y el mismo día también murió en Madrid el sacerdote José María Martín Martín, natural de Casillas de Flores, a los 85 años. Estuvo destinado en La Atalaya, Alberguería de Argañán y Cerralbo antes de viajar a Argentina y regresar a Madrid.
Por último, en Salamanca, la Diócesis lamentaba el fallecimiento de María Eugenia González García, superiora de la comunidad de Salamanca y delegada diocesana para los Institutos de Vida consagrada y sociedades de vida apostólica.